Lisboa - Casi dos meses después de la celebración de las elecciones generales, el jefe del Estado de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, encargó finalmente ayer al líder del Partido Socialista luso, Antonio Costa (Lisboa, 1961) la formación de un nuevo Gobierno, dos semanas después de que el Ejecutivo conservador liderado por Pedro Passos Coelho fuese derribado. Cavaco Silva explicó que decidió “designar a Antonio Costa para primer ministro” después de “tomar debida nota” de las respuestas del líder socialista a sus dudas sobre el acuerdo logrado con el resto de la izquierda para garantizarse su apoyo en el Parlamento.

El presidente luso exigió el lunes a Costa “clarificar” seis cuestiones que, en su opinión, no estaban suficientemente garantizadas en el pacto suscrito por el PS con el Bloque de Izquierda, el Partido Comunista y el ecologista Partido Los Verdes.

Concretamente, Cavaco Silva le reclamó más garantías de que su Ejecutivo cumpliría con las reglas de la UE y respetaría los compromisos derivados de la pertenencia de Portugal a la OTAN, y le pidió certificar que contará con el apoyo necesario para aprobar los Presupuestos de Estado, especialmente los de 2016.

El líder socialista envió ayer mismo un escrito al jefe del Estado -cuyo contenido no se ha hecho público todavía- y ayer mismo volvió a ser convocado por el presidente para, finalmente, ser llamado a formar Gobierno. Cavaco Silva considera que la hipótesis de mantener al Ejecutivo de Passos Coelho en funciones hasta la realización de elecciones anticipadas -como pronto, junio de 2016- “no correspondía al interés nacional”, lo que llevó a descartar esta opción. Cavaco Silva -que comparte filiación partidaria con Passos Coelho- recuerda que tras la caída del Gobierno conservador, mantuvo durante las últimas dos semanas cerca de una treintena de reuniones con personalidades de diferentes sectores de la sociedad lusa para escuchar su opinión sobre cuál sería la mejor solución a esta crisis política.

Así pues Antonio Costa está a un solo paso de llegar a la Jefatura del Gobierno en Portugal después de una dilatada carrera que le llevó a trabajar en casi todos los estamentos de la vida política, y durante la cual mostró ambición y habilidad para conseguir sus objetivos.

La forma en la que ha pasado de ser el perdedor de las elecciones legislativas del 4 de octubre -se cuestionaba incluso su liderazgo dentro de su propio partido- a recibir ayer el encargo de formar gobierno, por parte del jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, prueba su capacidad de negociación. Esa destreza le ha servido también para alcanzar un acuerdo con El Bloque de Izquierda y el Partido Comunista, inédito en el país, donde hace tan solo unas semanas ese pacto era visto como poco menos que una quimera debido a las históricas divergencias entre socialistas y comunistas.

Casado, con dos hijos y licenciado en Derecho, cuenta con el apoyo del expresidente de la República Jorge Sampaio y los principales barones del socialismo portugués, desde Antonio Guterres hasta Mario Soares o José Sócrates.