Bilbao - El lehendakari Iñigo Urkullu puso ayer en valor “el reconocimiento de la injusticia de la violencia, del daño causado y de la dignidad de las víctimas” que acordaron PNV, PSE, PP y EH Bildu el 14 de marzo de 2013 en el Parlamento Vasco como condición para cimentar “la paz y la convivencia”. Y lo hizo ante una nutrida representación de parlamentarios de la coalición aber-tzale, como Julen Arzuaga, Rebeka Ubera y Diana Urrea, durante la lectura de la declaración institucional por el Día de la Memoria.
Dicho pronunciamiento sirvió asimismo de colofón a la inauguración de Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos. Su directora, Aintzane Ezenarro, también apeló a la unidad de los partidos afirmando que “este proyecto es una realidad hoy porque distintas sensibilidades políticas creyeron en él y lo impulsaron”. Agregó que “tenemos un proyecto, la memoria plural; un instrumento, este Instituto; y una voluntad compartida”, mirar hacia atrás de cara a cimentar una memoria crítica.
Ezenarro recordó que “al impulso plural en el Parlamento” que posibilitó la creación de Gogora se suman los “acuerdos alcanzados en los primeros pasos” de esta institución. Y es que el Instituto de la Memoria ya ha acogido actos como la entrega a alcaldes de toda la CAV de los retratos municipales con las vulneraciones del derecho a la vida en sus respectivas localidades. El pasado 19 de octubre, además, aprobó sus estatutos, presupuesto y definió su programa de actuación inmediato.
La inauguración oficial de Gogora se reservó, no obstante, para una fecha especialmente simbólica, el Día de la Memoria. En dicho marco, Iñigo Urkullu, además de la declaración parlamentaria de marzo de 2013 -“este acuerdo nos une en el camino de la memoria para todas las víctimas”, dijo-, evocó la Ley de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo aprobada en 2008. Reiteró su “compromiso” con el artículo relativo a la memoria, que insta a los poderes públicos de la CAV a impulsar “el asentamiento de una memoria colectiva que contribuya a la convivencia en paz y libertad, y a la deslegitimación total y radical de la violencia”.
La memoria es precisamente el motor que impulsa a Gogora, tal y como recordó su máxima responsable, Aintzane Ezenarro, que aseguró que su reto principal es “garantizar una participación plural en la configuración” de la misma. “Todos tenemos derecho a la memoria, no es solo cosa de partidos e instituciones”, insistió, y añadió que “la pluralidad tiene sus límites democráticos: no excluir, no equiparar acontecimientos y nunca debe utilizarse para justificar ninguna violencia”.
Al acto acudieron numerosos representantes institucionales, con la ausencia del PP -solo asistió Carmelo Barrio, como miembro del Consejo de dirección-. También se personaron víctimas como Josu Elespe, Andoitz Korta, Sara y Marta Buesa, e Inés Núñez de la Parte.