Bilbao -El autodenominado Amistiaren Aldeko eta Errepresioaren Aurkako Mugimendua (Movimiento por la Amnistía y contra la Represión) surgió en abril de 2014 con el objetivo fundamental de defender la reivindicación de la amnistía. A nivel mediático se les ha llamado ATA (Amnistia Ta Askatasuna) porque era la denominación con la que firmaron sus primeros pronunciamientos, una marca que no rechazan y sobre la que se ha especulado de manera recurrente. Pernando Barrena les llegó a situar fuera de la izquierda abertzale hace unos días, aunque Sendoa Jurado, uno de sus representantes, apuesta por limar asperezas: “No hemos nacido para perjudicar a Sortu”.
¿Qué es ATA y quiénes forman parte de este movimiento?
-Nos denominamos Amnistiaren Aldeko eta Errepresioaren Aurkako Mugimendua, nacimos porque veíamos que tras la desaparición de Herrira y de Egin Dezagun Bidea nacía también Sare que, si bien reivindicaba los derechos humanos de los presos y represaliados, no hacía una reivindicación de la amnistía dándo el carácter político que tienen a los presos, refugiados y deportados.
¿Mantienen alguna vinculación con IBIL?
-No, el movimiento nace al margen de IBIL y no hemos tenido relaciones con esta organización, como tampoco las hemos tenido con otras. No preguntamos a nuestros militantes si han participado en IBIL y no criminalizamos a este grupo. Nuestra reivindicación se centra en la amnistía.
¿En qué momento deciden convocar una manifestación alternativa a la apoyada por Sortu y EH Bildu para la Aste Nagusia de Bilbao?
-Lo hacemos porque, a pesar de que vemos bien cualquier iniciativa que vaya a mejorar la situación de los presos, nuestra labor pasa por completar ese discurso. Debemos incidir en el carácter político de estos presos y debemos explicar claramente al pueblo por qué pedimos la amnistía. Hay que explicar por qué hay un grupo de personas que en un momento decidieron involucrarse en la lucha, que tiene que ver con un conflicto anterior que ha generado esa situación.
La convocatoria, un día después de la marcha apoyada por Sortu, puede ser vista como un desafío...
-No es un desafío a Sortu. Queremos poner sobre la mesa esa reivindicación y que se visualice que cada vez la apoya más gente. No es un desafío porque nosotros también participamos en la manifestación del día anterior e hicimos un comunicado llamando a participar. Compartíamos ese mensaje: los presos enfermos tienen que estar en la calle. La lectura añadida es que no salen porque el Gobierno pretende chantajearles y quiere que renuncien a lo que son para lograr un rédito político.
Recientemente, el portavoz de Sortu Pernando Barrena ha situado fuera de la izquierda abertzale a los grupos críticos con su estrategia. ¿Como valoran esa posición?
-Seguramente, cuando hace esas declaraciones, Pernando Barrena confunde lo que es Sortu con lo que es la izquierda abertzale. Para nosotros, la izquierda abertzale es una cultura política y una forma de entender la vida y la militancia. Nosotros somos militantes de la izquierda abertzale, gente que desde muy joven ha militado. Nuestro discurso es el más parecido al que la izquierda abertzale ha mantenido históricamente. Pensamos que hay una mayoría de Sortu que no comparte estas declaraciones y sí la reivindicación de la amnistía. No hemos nacido para perjudicar a Sortu y nuestro discurso es compatible con muchas dinámicas que han impulsado y vemos con buenos ojos.
ETA también censuró en un comunicado el año pasado las posiciones críticas de determinados grupos. ¿Se sintieron aludidos?
-Nos sentimos aludidos, sí, lo que no sabemos es qué noticias les habrían llegado sobre nosotros a los militantes de ETA que lo escribieron. Lo poco que se había publicado entonces pudo estar distorsionado. Estamos seguros de que hoy no escribirían en esos términos porque se está viendo quiénes estamos detrás de este movimiento.
Sortu dijo que quienes están detrás de esas críticas a su estrategia son quienes hace cinco años se opusieron a la ponencia ‘Zutik Euskal Herria’. ¿Es así?
-Como se pudo ver en la manifestación de Bilbao, donde hubo personas de Ernai y de Sortu, hay gente que pudo apoyar esas ponencias y que está de acuerdo con nuestra posición. También hay gente que se opuso a Zutik Euskal Herria.
¿Comparten la apuesta por el abandono de las armas?
-No entramos en eso. No hemos practicado la lucha armada, la ha practicado ETA y les corresponde a ellos la decisión.
¿Consideran que la amnistía es un objetivo posibilista a día de hoy?
-Sabemos que no es fácil, y en la situación actual se podría decir que conseguir la amnistía es imposible hoy. También sabemos que la independencia es imposible hoy, pero no por eso dejamos de defenderla. Queremos aglutinar a cada vez más gente, diciendo lo que pensamos por encima de las citaciones que puedan llegar, para poder ejercer presión. Los Estados aceptarán una amnistía cuando les resulte más caro en términos políticos mantener esa represión. Su gran debilidad es que los condenados por guerra sucia o torturas han salido indemnes del daño que han causado.
Entenderá que a mucha gente le puede resultar muy difícil de digerir una situación de impunidad para personas que han cometido asesinatos recientemente.
-No hay impunidad. Hemos visto que hay gente que ha salido a la calle cumpliendo penas de 30 años o más. Los presos han sufrido cárcel, torturas, palizas, etcétera. La cárcel que padecen estos reclusos es mucho más dura que la del resto, incluidos desde luego los terroristas de Estado. Lo que hay que hacer es pedagogía y explicar las causas de que haya tanta gente en prisión o en el exilio. Solo un año después de la amnistía de 1977, que fue una ley de punto y final encubierta, había 200 presos políticos en la cárcel. Los únicos que han salido impunes han sido los autores de las salvajadas del franquismo.
¿Y el sufrimiento causado por parte de ETA? ¿No son partidarios de reconocer el daño causado y de los pasos que se han dado en esa línea?
-La crítica siempre es buena, pero no nos parece que se pueda hacer esa revisión crítica del pasado cuando se está deteniendo a gente por homenajear a Lutxi Urigoitia, una persona que, sí, fue militante de ETA, pero a la que un guardia civil le pegó un tiro en la nuca porque se sabían impunes. A los Estados les interesa desfigurar el conflicto y hacer ver que ha habido unos locos que han cogido las armas. ¿Carrero Blanco es una víctima y Argala un asesino? Creemos que es más complejo y hay más argalas y más carreros o melitones manzanas. No vemos que sea el momento de hacer ese recorrido.