bilbao - Faltan unas pocas horas para proclamar mañana a los alcaldes de los 251 municipios de la comunidad autónoma, y nadie sabe aún quién gobernará Gasteiz. El popular Javier Maroto fue el más votado en las elecciones, pero su insistencia en vincular a los inmigrantes magrebíes con el fraude en las ayudas públicas ha generado un potente movimiento social en su contra que, a su vez, presiona a los partidos para que articulen una candidatura alternativa. La izquierda abertzale se ha ofrecido a apoyar al candidato del PNV, pero los jeltzales no descartan que albergue dobles intenciones y pueda complicarles la gobernabilidad en la Diputación de Araba o, incluso, la investidura de Ramiro González. Los últimos posicionamientos de la izquierda abertzale pueden complicar en extremo el desalojo de Maroto. El líder de Sortu, Hasier Arraiz, no descarta conformar un frente de izquierdas en la Diputación. Llegó a mostrarse irónico en el programa Ganbara emitido en la noche del miércoles en Radio Euskadi, y dejó ver que está lejos de asumir la petición del PNV cuando se le preguntó si EH Bildu está dispuesta a no presentar a su candidato en Juntas. “Sí, y quizás también a no presentarnos a las elecciones autonómicas”, lanzó. Interrogado sobre la posibilidad de liderar un cambio con Podemos e Irabazi, se abrió a hablar con todos sobre derecho a decidir, medidas sociales, participación ciudadana y corrupción. “Sí que estaríamos dispuestos por supuesto a liderar esa iniciativa”, sentenció.

Fuentes jeltzales consultadas por DNA siguen sin descartar ninguna opción. Puntualizan que las declaraciones de Arraiz son mala señal pero que, por otro lado, Podemos ya ha dicho que no entrará en esa alianza, de modo que González podría gobernar en la Diputación. En Sabin Etxea permanecen a la espera de que la izquierda abertzale aclare si aspira seriamente al ente foral, y le dan de plazo hasta mañana, cuando se celebrará el pleno de proclamación del alcalde. Hasta entonces, mantienen todas las opciones abiertas. Ayer mismo, el presidente de la ejecutiva alavesa Xabier Agirre departió en los pasillos del Parlamento con Arraiz y el líder de EA, Pello Urizar. Los contactos se multiplicaron durante toda la jornada.

Maroto fue el más votado en las elecciones, y será reelegido para afrontar un segundo mandato a no ser que lo desaloje un acuerdo por mayoría absoluta. En todas las combinaciones posibles, son necesarios los votos de PNV y EH Bildu, a los que pueden sumarse el PSE o bien Irabazi y la plancha avalada por Podemos, Sumando-Hemen Gaude. Es muy improbable que los jeltzales apoyen a la candidata de EH Bildu, Miren Larrion, porque acudieron a las elecciones con la intención de poner fin a la gestión de la izquierda abertzale y del PP. Por ello, el foco se ha colocado sobre las opciones de Urtaran, aunque los jeltzales no han aclarado si presentarán su candidatura. Los partidos sienten la presión social a favor del cambio, con una sucesión de manifiestos apoyados incluso por el exalcalde José Ángel Cuerda, que para más señas tuvo un papel destacado en la campaña jeltzale.

Sin embargo, el alcalde en funciones logró una victoria holgada con 9 escaños, frente a los 6 de EH Bildu y los 5 del PNV, que ahora se ve en la tesitura de liderar la alternativa desde la tercera plaza. Además, en respuesta al emplazamiento de Andoni Ortuzar, el popular ha intentado acercarse a los jeltzales leyendo un compromiso contra el racismo, si bien en algunos ámbitos le han restado valor y sinceridad porque el alcalde está acorralado. El PP ha ofrecido también un pacto de no agresión a los jeltzales para dejarles gobernar en el ente foral, la única oferta de ese calibre que han recibido, al margen del PSE.

Los jeltzales son la primera fuerza en Juntas, con 13 escaños frente a los 12 del PP. Si desalojan a Maroto, los populares no les darán tregua en Juntas, y se exponen además a que EH Bildu, Podemos e Irabazi (20 escaños frente a los 18 de PNV y PSE) impidan la investidura de González o, aun permitiéndola, le dificulten aprobar sus Presupuestos y otras medidas. Los jeltzales no quieren que, por desalojar a Maroto, acaben pagando los platos rotos el resto de municipios y la propia Gasteiz por convertir la Diputación en un foco de inestabilidad. La maniobra de la izquierda abertzale podría resultar extraña porque es la tercera fuerza en Juntas y evitaría la investidura del partido con el que quiere ir de la mano en Gasteiz.

sin pacto El secretario general de Podemos, Roberto Uriarte, aclaró a Efe que, para acordar con EH Bildu, sería necesario que cambiara sus políticas de paz e identitarias. De todos modos, precisó que es poco proclive a los pactos estables, que además deben ser avalados por la asamblea ciudadana. Irabazi sí apoyaría a EH Bildu, pero ambos solo sumarían 12 escaños. Arraiz ofreció ayer estabilidad, pero solo en Gasteiz. Dijo que pondría de su parte para que Urtaran “tenga un gobierno estable y su paso no sea un salto al vacío”. Su candidata Miren Larrion, y su homólogo foral, Kike Fernández de Pinedo, insistieron en que la Diputación y el Ayuntamiento son “instituciones diferentes”, pero abrieron la puerta a entenderse con el PNV de “forma sincera” en Juntas en torno al derecho a decidir.