barcelona - La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) no modificará un ápice la hoja de ruta hacia la consulta planteada por el president Artur Mas y refrendada por el Parlament de Catalunya. El jefe del Govern apeló ayer a la legalidad que el fallo otorga al llamado derecho a decidir, e instó al Gobierno del PP y al PSOE a respaldar el próximo 8 de abril en el Congreso la petición de la Cámara catalana para celebrar el referendo soberanista. "Encontraremos la solución para esquivar cada escollo que surja en el camino", aventuró el líder de CiU, quien tachó la decisión unánime del TC de no conceder a Catalunya el carácter de sujeto político y soberano como "grave, innecesaria y prevista". Mas se cuestionó si al emitir la resolución los magistrados actuaron realmente como "árbitros de todos los españoles", entendiendo que lo más cruento no es tanto el contenido de la misma, sino que se haya dado y que anule una declaración "política".

Aunque PSC, PP y Ciutadans aprovecharon para advertirle de que ponga punto y final a su proyecto, el president insistirá en un proceso que culmine el 9 de noviembre con la consulta porque se trata de un "reto democrático con mayúsculas", al que toca responder por "la vía política y no desde las sentencias". "Más cerebro y menos vísceras", ilustró, evocando la figura del expresidente español Adolfo Suárez, recientemente fallecido. "La libertad de expresión tiene miras muy amplias. Hablar de la independencia puede no gustar, pero cabe dentro de la libertad de expresión", argumentó Mas, quien en el pleno leyó un extracto de la sentencia a partir de la cual él estima que queda probado que el derecho a decidir tiene cabida en la Constitución, y a este precepto se aferró para mantener su estrategia. E insistió: "¿Qué hace el TC anulando una declaración política? (...) Es un árbitro al servicio de todos y algunos nos preguntamos si realmente hace de árbitro del conjunto del pueblo del Estado, y algunos tenemos la sensación que no es exactamente así". A su vez, cuestionó que ciertos miembros del TC sean los adecuados para deliberar sobre la declaración de soberanía, y para ello leyó el título de un articulo publicado en 2006 por el magistrado Antonio García-Trevijano en el diario ABC, titulado El elixir nazionalista, "con zeta, es decir, de los nazis", matizó Mas.

Los defensores del aval que el Parlament dio al texto derogado se pronunciaron en igual sintonía. Según el líder de ERC, Oriol Junqueras, las instituciones catalanas no decaerán en la defensa de los derechos de los catalanes, porque "haremos lo posible para poner el futuro del país en manos de nuestra gente". El dirigente de ICV, Joan Herrera, reprochó que se haya consolidado la idea de que el Estado sea "una especie de democracia vigilada", y lamentó que la sentencia niegue la evidencia, "que Catalunya es una nación". En nombre del Parlament se dirigió su vicepresidenta, Anna Simó, señalando que la declaración "sigue vigente", que no será retirada y que la sentencia "política" del TC no es casual al producirse el día en que la Mesa decidió recusar a tres magistrados y "España estaba de duelo". Apostilló que esta resolución continuará colgada en el diario de sesiones y en la web del Parlament, porque una "voluntad política no se puede suspender".

la oposición pide un giro Muy diferente fue la postura de la oposición. El líder del PSC, Pere Navarro, apeló al pacto y la negociación para reformar la Carta Magna, y para ello tendió la mano a Mas. "Cambie de rumbo, utilice la puerta abierta que le da el PSC y reformemos juntos la Constitución. No hay otro camino", reclamó al president. Más agrio en el tono y las formas fue el discurso de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, alertando a CiU y ERC de que "puede haber consecuencias jurídicas" si prosiguen por el camino de la soberanía. El líder de Ciutadans, Albert Rivera, conminó a Mas a dar un giro radical. "Le pido que recuperen el norte, si es que algún día lo han tenido", espetó. Por su parte, desde Madrid, el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, demandó a CiU que retome el "sentido común"; mientras que el secretario de Organización del PSOE, Oscar López, reiteró su convencimiento de que lo que hace falta en Catalunya en estos momentos es "diálogo". IU señaló que el TC "juega en un campo que no le corresponde".