Donostia. RAMON Labaien falleció en la madrugada de ayer a la edad de 86 años en el Hospital Donostia, donde se encontraba ingresado hace varios días por las dolencias de una enfermedad que se le detectó hace unos meses y que no ha podido superar. Labaien es recordado porque ocupó la alcaldía de Donostia entre los años 83 y 87 o por su inolvidable paso por la consejería de Cultura del primer Gobierno Vasco, bajo cuyo impulso nacieron instituciones como EITB, la Orquesta de Euskadi o HABE. Pero su biografía personal es mucho más ancha que los ocho años en los que adquirió la notoriedad política por la que es más recordado. A su estela deja la trayectoria política, cultural y empresarial de un hombre de su época, que conoció el exilio forzado por los franquistas; el compromiso político con la vuelta de la democracia y el apoyo a todo tipo de causas culturales y sociales hasta el final de sus días. Por encima de todo, Labaien ha sido una persona de hondas convicciones abertzales y plenamente identificado con la causa del euskera, siempre volcado en avivar las brasas de la conciencia vasca.
Labaien nació en Tolosa el 31 de agosto de 1928. Era hijo de Antonio María Labaien, escritor, militante del PNV y alcalde de Tolosa, que se vio forzado al exilio al comienzo de la Guerra Civil para refugiarse con toda la familia en Iparralde.
Se crió en un ambiente euskaltzale y fue alumno de la ikastola Laskurain. En casa, de la mano de su padre, se empapó del ambiente cultural que traían históricas figuras como 'Aitzol', 'Orixe' o 'Lizardi'. Pero pronto la vida cambió y con apenas ocho años llegó el exilio, que se prolongó durante una década. De aquel tiempo, recordaba todavía a 'Aitzol' merendando con sus padres en Sokoa antes embarcarse en el 'Galerna', donde fue apresado, luego encarcelado y finalmente fusilado. En una película biográfica sobre el cura tolosarra recientemente estrenada, aportaba su testimonio sobre aquellos recuerdos.
Al comienzo de la dictadura, Labaien regresó a Gipuzkoa, desde donde viajó a Madrid para estudiar Químicas. Luego en Londres adquirió conocimientos sobre congelación que le sirvieron para responsabilizarse del control de calidad en la empresa que su familia creó en la localidad navarra de San Adrián.
Poco tiempo después se afincó en Donostia para trabajar en el hotel de Londres, del que fue su director durante años. Abandonó sus ocupaciones hoteleras cuando fue reclamado por Carlos Garaikoetxea para incorporarse al primer gabinete de la democracia.
CULTURA , no interior Es entonces cuando comienza su etapa política más fructífera, aunque él siempre ha afirmado que más que por los años que ocupó la cartera de Cultura era recordado por haber sido alcalde de Donostia. Según rememoraba en una entrevista que concedió a Euskonews, Garaikoetxea le ofreció en primera instancia la consejería de Interior, pero él reclamó la de Cultura, fiel a su convicción personal de que la construcción nacional requiere sobre todo bases culturales.
En aquel gabinete coincidió con un jovencísimo Pedro Miguel Etxenike, que ayer recordaba a Labaien como una persona de "impresionante cultura universal" y "gran visión institucional de futuro".
Esa cualidad que destacó ayer el científico roncalés se plasmó en la decisión de poner en marcha instituciones como la Orquesta Sinfónica de Euskadi, HABE pero, sobre todo, Euskal Irrati Telebista, que nació como un hecho consumado sin esperar a la autorización de Madrid. Labaien sabía que la recuperación del euskera pasaba por disponer cuanto antes de medios de comunicación públicos.
"Por encima de circunstancias políticas, era un gran amigo", recordaba ayer el exlehendakari Carlos Garaikotexea. Reconoció que al enterarse de la noticia evocó una época "de grandes ilusiones".
Sin acabar la primera legislatura, Labaien fue reclamado por el PNV para encabezar la lista de Donostia en las elecciones municipales. Ya había sido miembro número dos de la gestora que presidió el socialista Ramón Jaúregui y concejal en el primer gobierno municipal de Jesús Mari Alkain. Ahora regresaba como alcalde tras ganar las elecciones.
Bajo su mandato, la ciudad conoció la revitalización del Festival de Cine, la puesta en marcha de la red de casas de cultura o la recuperación y reforma del hotel María Cristina, uno de los símbolos arquitectónicos de Donostia, en jaque en aquellos convulsos años.
En la siguiente legislatura, Labaien conoció la cara amarga de la política. La escisión partió al PNV en dos y en Donostia la ruptura fue especialmente dura con los jeltzales, que pasaron de tener la alcaldía a ser el último partido con dos concejales. De hecho, Labaien es el último alcalde del PNV de Donostia.
Aquella experiencia marcó el final del política activa de Labaien, que regresó a la empresa privada en la compañía SAPA, de la que es socio el presidente de la Real Jokin Aperribai. "La verdad es que me cuesta hablar de él ya en pasado", reconoció ayer a este diario. "Era una de esas personas que cuando estabas con ella te impactaba. Por sus vivencias, por su experiencia, por su cultura y por su claridad al explicar las cosas. Puedo decir que he tenido la suerte de estar a su lado durante mucho tiempo. Era un hombre que te marcaba, con una gran personalidad".
Una de sus facetas más singulares son sus conocimientos militares, una afición que adquirió durante su exilio y que, reconocía, le hubiera encaminado por la carrera castrense de haber vivido al otro lado del Bidasoa. Asesor en temas militares, recibió incluso una medalla de oficiales del ejército español. Es especialmente conocida su afición por los soldaditos de plomo, terreno en el que fue una eminencia mundial. Fundó una empresa que tuvo que cerrar por incompatibilidad con su cargo de consejero de Cultura. Además ha asesorado a decenas de ikastolas donostiarras en la confección de sus uniformes de la Tamborrada.
Hasta el final Su militancia en el PNV no le ha impedido sumarse a causas de todo tipo, como el apoyo a los derechos de los presos, los encausados de Egunkaria o a Arnaldo Otegi. Además, ha respaldado y colaborado en multitud de iniciativas culturales, principalmente relacionadas con la historia y con el euskera. también fue colaborador del Grupo Noticias en sus primeros pasos.
Tras conocer su fallecimiento, Josea Egibar, presidente del GBB, recordaba así a Labaien: "Era un hombre muy vital que todavía conducía por media Europa con su autocaravana. Su figura y su trabajo ha estado ligado a lo que es la cultura vasca. Todavía recuerdo aquella rueda de prensa que hizo después de una serie de atentados por parte de ETA, aquella intervención apostando por una mesa por la paz. Provocó una gran controversia. Ha sido un hombre muy militante de lo que es la política de este pueblo en todas sus versiones y en todas sus facetas. Ahí está su aportación y su legado".
La capilla ardiente está instalada desde ayer en el tanatorio Zorroaga de Donostia. Mañana se celebrará el funeral en la parroquia de Santa María de Tolosa, a las 18.00 horas.