vitoria/donostia. Los teléfonos de los parlamentarios de PP y PSE vivieron ayer una intensa jornada de llamadas para fraguar un texto conjunto que avale la deslegitimación de ETA y el compromiso con sus víctimas. Así consta tanto en la moción presentada por los populares como en la enmienda de los socialistas, quienes al igual que PNV y UPyD han registrado un texto alternativo a la espera de lo que acontezca en el debate que afrontará hoy un Parlamento Vasco dividido.
Sobre el papel, cuatro visiones acerca de qué o cómo debe explicitar la Cámara autonómica su visión en esta nueva etapa sin violencia terrorista a la que hay que añadir la perspectiva de EH Bildu, única fuerza que ha rehusado enmendar lo que consideran parte de la campaña del PP para "apagar sus propios incendios" internos.
El contenido de las propias iniciativas hacen presagiar que PP, PSE y UPyD puedan limar los flecos que les separan antes de que a las 09.30 horas comience el debate parlamentario con este punto como el primero del orden del día, una circunstancia que priva a los fontaneros de cada bancada de los habituales contactos que se desarrollan cada jueves de forma paralela al desarrollo del pleno.
Pero ni siquiera un hipotético acuerdo a tres permitiría al bloque constitucionalista aprobar esta moción si PNV y EH Bildu la rechazan. Es por ello que los populares aspiran a lograr, por lo menos, la abstención jeltzale que deje vía libre a su iniciativa.
Según consta en su enmienda, el PNV mantiene por "razones de responsabilidad y eficacia política" la convicción de que los temas que afecten a la paz y a la convivencia deben abordarse en el seno de la ponencia que el Parlamento Vasco creó para tal fin, pese a que socialistas y populares se nieguen a participar en este foro donde sí mantienen su presencia, junto a la bancada jeltzale, los parlamentarios de EH Bildu.
A falta de 24 horas para el inicio del debate, el portavoz parlamentario del PP, Borja Sémper, exigió ayer al PNV que se sume a la moción al considerar que "no vale" con la abstención cuando se trata de deslegitimar a ETA y condenar su existencia.
A raíz de los sucesos de las últimas semanas, donde citó desde el episodio donde el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, le llamó "fascista" hasta los ataques a varias sedes populares, Sémper defendió en una rueda de prensa en San Sebastián la iniciativa parlamentaria como una manera de "detener la escalada de soberbia de la izquierda abertzale".
"Una escalada que no ha recibido una respuesta unitaria institucional por parte de los partidos políticos democráticos", según el portavoz de los populares en la Cámara y que, a su entender, ahonda en la "división": "El fin del terrorismo no puede traer la división de los partidos democráticos ni traer asociado, paradójicamente, el prestigio o falta de censura de quienes asesinaron o de quienes justificaron tantas décadas de sufrimiento en Euskadi".
A estos últimos, en referencia a la izquierda abertzale, Sémper reclamó que "digan y lideren de puertas para adentro ese mensaje nuevo y diferente que prestigie la democracia, las instituciones, que digan que no tiene justificación, ni ningún pase lanzar un cóctel molotov".
Los socialistas, por su parte, confiaron en lograr "el mayor consenso posible en este asunto", según declaró el líder del PSE en Gipuzkoa, Iñaki Arriola, quien destacó que "hay voluntad" para buscar un acuerdo.