MADRID. Hasta hace unos meses, la discreción había sido la tónica general en las conversaciones entre el Gobierno Vasco y el Ejecutivo español en materia de paz. El lehendakari y Mariano Rajoy mantenían una interlocución fluida, y presidida por cierto sentido de la lealtad entre ambas administraciones. Sin embargo, el reciente rifirrafe por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo puso una muesca en esa relación. Al leer el Plan de Paz del Gobierno Vasco, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, interpretó que Lakua buscaba monopolizar la gestión del centro destinado a los damnificados por ETA, a pesar de que fuera concebido como una iniciativa conjunta durante la legislatura de Patxi López. Además, entendió que buscaba ponerlo a las órdenes del Instituto de la Memoria, que contemplará también otros sufrimientos como los ocasionados durante la Guerra Civil, razón suficiente para que saltaran las alarmas de Madrid. El ministro dio un golpe sobre la mesa avisando de que el centro sería controlado por el Gobierno español, lo que podría entenderse como una aclaración del carácter compartido del proyecto -que, por otra parte, el Gobierno Vasco no ha puesto en duda-, o bien como un intento de apartar a Lakua de su gestión. Esa fue la interpretación que acabó cundiendo, dado el tono bronco empleado por el popular, y teniendo en cuenta lo tentador que podría ser para el Gobierno español diseñar el centro a su medida en un momento en que determinados colectivos de víctimas han redoblado su presión sobre Rajoy. Sin embargo, después de que ambos ejecutivos se reunieran en Madrid el pasado día 9, las aguas parecen haber vuelto a su cauce. Fernández Díaz anunció ayer que el centro se activará con "espíritu de consenso y colaboración" con el Ejecutivo de Gasteiz.

Por una parte, no cabría sorprenderse ante sus declaraciones, ya que se limitan a respetar la letra del protocolo para la creación del centro, publicado en el Boletín Oficial del Estado del 20 de febrero de 2012. El texto apostaba por "desarrollar una actuación de colaboración", y por ubicar la sede en la CAV, así que cabría entender que, de un modo u otro, Lakua tendría algo que decir al respecto, aunque la dirección del proyecto correspondería a Madrid por partir de una norma estatal como la Ley de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas del Terrorismo. Por otra parte, sin embargo, las palabras cobran relevancia si se tiene en cuenta que el ministro amagó con desplazar al Gobierno Vasco, y que la disputa alcanzó cotas considerables al tildar Lakua de "sectaria" la posición del popular.

Aunque los problemas se retrotraigan al mandato de López y la comisión mixta del proyecto lleve más de un año sin reunirse, el encontronazo podría ocultar una discrepancia de fondo con los planes de paz de Urkullu, a quien Rajoy ni siquiera había respondido a sus propuestas. Según fuentes de Lehendakaritza consultadas ayer por este diario, el presidente español aún no ha respondido, pero al menos han cambiado el tono y las formas en la primera comparecencia del ministro sobre el centro tras la polémica.

Las mismas fuentes creen que "no va a haber ningún problema" en la gestión del centro y que, si surgen diferencias, se encauzarán en el transcurso del verano. Madrid espera tenerlo diseñado en septiembre. "Más o menos hay acuerdo y voluntad de colaboración, teniendo claro que dirigir el centro compete al Gobierno español", sintetizan desde Lehendakaritza. Desde el Ministerio también puntualizan que serán ellos quienes "tiren del carro". El secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, ya dejó claro tras el encuentro del día 9 que el Gobierno vasco es consciente de que la dirección compete al Ejecutivo español.

Parece evidente que Madrid no comparte ciertos preceptos de Lakua, como su informe de vulneraciones de los derechos humanos, pero al menos ambos gabinetes han reactivado su interlocución tras la cita entre los números dos de Interior y Seguridad, en la que también participó Jonan Fernández. Aunque fuentes del Ministerio puntualizaron ayer a este periódico que no le constan contactos recientes con Lakua tras ese encuentro, al ser preguntados por la marcha de sus relaciones con Jonan Fernández respondieron con un escueto "normal". En determinados círculos se había especulado con que el nombramiento del exmiembro de HB podría haber inquietado a Madrid.

conversaciones El ministro, por su parte, consideró ayer "lógico" que el Ejecutivo español dirija el proyecto porque abarcará a víctimas de todo el Estado y porque nace de una norma estatal, pero puntualizó que se haría con "espíritu de consenso". En un acto de condecoración a 13 víctimas en Pamplona, reveló que Madrid "está en conversaciones" con Lakua. "Tenemos voluntad de llegar a un acuerdo, y estoy seguro de que próximamente nos pondremos de acuerdo en lo que hace referencia al carácter logístico, es decir, su localización, órganos rectores...", dijo.

La presidenta navarra, Yolanda Barcina, y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, durante el acto celebrado ayer en Iruñea. Foto: efe

Las víctimas reciben el premio Ilustres de Bizkaia

La entrega de los premios Ilustres de Bizkaia, organizado por la Diputación foral, contará hoy con la presencia de una delegación de EH Bildu en un acto (12.00 horas) que, según la institución foral, pretende recordar a "todas las víctimas" -las de ETA, las del franquismo, y otros grupos terroristas como los GAL y el Batallón Vasco Español-, así como a las de la "violencia policial". La delegación estará compuesta por las parlamentarias Laura Mintegi y Maribi Ugarteburu, y los junteros Joseba Gezuraga, Asier Vega y Aitor Torre. Al acto, en el que no estará presente el PP, asistirá también el PSE de Bizkaia, aunque mostrando su disconformidad. "Estamos de acuerdo en que se realice un reconocimiento de las víctimas del franquismo, pero no a que se las haya incluido junto con las del terrorismo", precisó el juntero Iñaki Egaña. Según el diputado de Presidencia y portavoz foral de Bizkaia, Unai Rementeria, el reconocimiento "se otorga a todas las víctimas, sin ningún tipo de distinción, convencidos de que es el momento de hacerlo, por respeto a toda la sociedad, por el deber de la memoria, justicia y también por la reparación".