Bilbao. Cuando Sortu y la Diputación de Gipuzkoa restaron relevancia al pacto sobre el déficit que en principio había visto con buenos ojos Martin Garitano, el PNV interpretó que el diputado general había sido desautorizado o que, al menos, la posibilidad de fotografiarse con los jeltzales había desatado cierto debate en el seno de la izquierda abertzale. El portavoz del PSE en el Parlamento José Antonio Pastor ofreció ayer su propia impresión y residenció buena parte de las culpas en el Gobierno Vasco. "Yo sí le oí salir con una reflexión crítica a Garitano de aquella primera reunión, diciendo que había salido en cierto modo decepcionado, y luego ha subido de tono. Todo esto es una especie de ceremonia de la confusión en esa postura errática que mantiene el lehendakari, que una semana dice una cosa y, a la siguiente, otra, después cambia de criterio, y luego vuelve a retomar la anterior", dijo en una entrevista con Radio Euskadi.
Por otra parte, y en cuanto a la mesa de los partidos, el portavoz socialista se centró en la reforma fiscal para considerar que, en el fondo, la apuesta del PSE por tratar el debate impositivo en el Parlamento "viene a ser lo mismo" que la iniciativa del Gobierno de comenzar a departir al respecto en una mesa de partidos, y no en las Juntas. Sin embargo, pidió dar un salto más para llevar un texto con los criterios generales de la política fiscal a la Cámara vasca, sin "mesas ni mesillas". "Después, sí, el desarrollo y la aplicación concreta corresponde a las Juntas Generales", dijo.