VITORIA. Consciente de la urgencia de lograr acuerdos en materia económica, la primera acción del presidente Barack Obama tras lograr su reelección fue llamar a los líderes de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y del Senado, el demócrata Harry Reid, a quienes instó a forjar "soluciones bipartidistas". Poco después regresó junto a su esposa Michelle y sus hijas a Washington para continuar con su agenda administrativa tras el parón electoral. Su primera tarea será lograr un acuerdo para evitar el "abismo fiscal". En 2001, demócratas y republicanos se comprometieron a alcanzar un consenso para reducir el gasto federal antes del próximo 1 de enero. De no ser así, entraría en vigor automáticamente un paquete de aumento de impuestos y recortes en el gasto público de hasta 800.000 millones de dólares, que incluyen al Pentágono, es decir, al gasto en Defensa.

Después de hablar con el mandatario, Boehner ofreció una rueda de prensa en la que abrió la puerta a un acuerdo con los demócratas. El gestó supuso un cambio en la estrategia de la oposición, que desde que se hizo con el control del Congreso en 2010 había bloqueado todo acuerdo con el partido del Gobierno. Tras ver truncado su sueño de llegar a la Casa Blanca y con un Tea Party fuertemente castigado en las urnas, los expertos auguran que el Partido Republicano podría mostrarse más conciliador. Y es que ambos partidos están condenados a entenderse si quieren llevar a Estados Unidos hacia la salida de la crisis económica. Además, en los próximos meses, el mandatario Obama tendrá que adoptar políticas para impulsar el empleo y el crecimiento, las dos principales preocupaciones de los estadounidenses.

Pero la gran reforma que todos esperan que ocupe un papel protagonista en la segunda legislatura de Obama es la migratoria. Las minorías, especialmente la latina, han sido una pieza clave en su reelección y ahora esperan una recompensa. Le han perdonado una vez pero no habrá una segunda oportunidad para los demócratas. "El voto inmigrante y latino fue muy importante para decidir la contienda a nivel local y nacional. Esto permite al inmigrante utilizar un músculo político que no sabía usar antes", analiza Jorge Mario Cabrera, portavoz de la Coalición por los derechos humanos de los inmigrantes en Los Ángeles (Chirla). Cabrera opina que "los latinos le dieron un fuerte revés a los republicanos en las urnas por posturas antiinmigrantes y xenófobas". Incluso, en Florida, donde históricamente contaban con el voto de los cubanoamericanos, salieron derrotados, y es que los descendientes de aquellos acérrimos enemigos de Fidel Castro que llegaron tras el triunfo de la Revolución Cubana están ahora más preocupados por la economía y la situación migratoria que por la isla caribeña.

Flexibilizar posturas En este sentido, el portavoz de Chirla cree que la oposición podría moderar en los próximos meses su postura en cuanto a la inmigración y tratar de buscar algún acuerdo con los demócratas. De la misma opinión es Felipe González, profesor de Relaciones Internacionales de la UPV/EHU. "En la medida en que el Partido Republicano no ha sabido entender a las minorías podría moderar su postura y negociar la reforma migratoria, también cuestiones de Salud y Educación", opina.

"La voluntad de Obama de sacar adelante los compromisos adquiridos, como la reforma de la política migratoria, va a ser fundamental en esta legislatura. En Estados Unidos hay una realidad enmascarada, en parte porque es una realidad que se encuentra nacional y jurídicamente bajo esa calificación de irregular o ilegal, y es que hay más de un millón y medio de jóvenes de 18 años que no han conocido otra realidad que los Estados Unidos y que se encuentran desposeídos de unos derechos en el acceso a la salud, educación, a realizar una vida completamente normalizada", apunta por su parte Gustavo Palomares, profesor de Relaciones Internacionales de la UNED.

Aunque González matiza: "A los republicanos tampoco les interesa que Obama lo tenga fácil y allanar un tercer y cuarto mandato del Partido Demócrata". Los equilibrios, entre facilitar el funcionamiento del país e impedir que Obama se lleve el éxito, serán fundamentales los próximo años para la oposición. A lo que, por ejemplo, siguen oponiéndose con vehemencia los republicanos es a la reforma sanitaria aprobada hace tres años.

El otro protagonista del martes, Mitt Romney no ha hablado desde su derrota electoral. Su futuro es una incógnita, al igual que el de su partido. El profesor de la UPV/EHU considera que los republicanos "no han sabido entender el cambio de estructura demográfica". "Tiene que cambiar de estrategia porque es imposible que no tenga en cuenta a las minorías, la negra, la latina, a los jóvenes, han dicho barbaridades sobre la mujer, sobre las violaciones", señala.

Además del voto decisivo de los latinos, el presidente estadounidense ganó gracias a los jóvenes y las mujeres. Estas, además, han logrado una presencia sin precedentes en la Cámara alta. Por no hablar de las enmiendas que se han aprobado en diferentes estados sobre las uniones entre personas del mismo sexo y el ingreso de la primera lesbiana en el Senado.

Política exterior Los analistas consideran que el segundo mandato de Obama también estará muy centrado en la política exterior. "Obama es lo mejor para los estadounidenses y los menos malo para la comunidad internacional. Esto se debe a las variables en relación a los intereses de un imperio que además está en crisis. Sus intereses geoestratégicos, geopolíticos, geoculturales están por encima. No va a renunciar a ellos", explica Felipe González. El profesor pronostica que el mandatario pondrá el acento en la situación de los países árabes tras la Primavera Árabe, con un papel más activo en Siria, los movimientos islamistas radicales y el terrorismo. Y este último punto incluye a la región del Sahel.

"Será interesante ver el equilibrio de poder con un beligerante Benjamin Netanyahu en Israel", opina González, quien cree que podría tratar de buscar de nuevo una solución al conflicto árabe-israelí. "Obama debe involucrarse en resolver el conflicto en Oriente Medio, es primordial", coincide Palomares.

El mundo entero, menos Israel, ha recibido entusiasmado la reelección de Obama frente a Romney, especialmente en Europa, donde la salida a la crisis pasa también por lo que ocurra en Estados Unidos.