Madrid. Pareciera que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hubiera acudido ayer a su primera entrevista televisiva en el cargo (ocho meses después de llegar a Moncloa) con tres únicas obsesiones: justificarse, no aclarar si España pedirá o no el rescate económico (lo que a corto plazo se puede traducir en nuevas inestabilidades en los mercados) y separar realidad económica y estrategia política. Y, efectivamente, lo consiguió, pero a medias: no transmitió ilusión, no firmó ningún anuncio de calado, no aclaró qué pasará con el rescate y, por supuesto, huyó insistente y artificialmente de las tesis que relacionan su silencio con los cálculos de cara a la cita electoral del 21 de octubre tanto en Galicia como en la CAV. De esta tónica gris, mezcla de autocomplacencia y evasión, sólo se pueden salvar una declaración y dos anuncios: el compromiso de que no tocará las pensiones (es la declaración) y la imposición para 2013 de dos nuevos impuestos, uno sobre plusvalías y el otro, la tasa verde, basado en la máxima de que quien contamina paga.
La entrevista (apenas 45 minutos) tuvo dos fases muy diferenciadas. La primera, económica, en la que se vio a un presidente titubeante, sin un discurso claro más allá de la premisa de que lo importante (para él parece que lo único) es el control del déficit, y una segunda, más política, centrada en cuestiones donde Rajoy se siente más cómodo: lucha contra el terrorismo, aumento del independentismo en Cataluña y valoración de iniciativas de la oposición. Sobre esa segunda parte, nada que resaltar salvo la autoafirmación de que "seguimos siendo los mismos y no nos hemos apartado ni un ápice de nuestros pensamientos".
presupuestos Es en el aspecto económico en el que Rajoy se vio incómodo, a veces titubeante y, desde luego, poco convincente. Eso sí, el anuncio del presidente francés, el socialista François Hollande, de que allá también van a hacer recortes (30.000 millones), le sirvió de comodín al que agarrarse en los momentos más críticos, aquellos en los que las preguntas de los periodistas recalcaban las renuncias hechas sobre sus propias promesas electorales (básicamente la subida del IVA y la reforma del impuesto sobre la renta). En este apartado y ante la insistencia de los informadores de aclarar si un rescate implicará una merma en el sistema de pensiones, fue cuando Rajoy se comprometió a no tocarlo. "Si hay algo que no tocaré, son las pensiones", aseguró ante las cámaras. "La primera prioridad, la primera instrucción que he dado al ministro de Economía, es que unas de las personas a las que no se puede perjudicar son los pensionistas", aunque ello suponga un problema porque "las pensiones las pagan los que están trabajando", explicaba el presidente.
Se refería a las instrucciones dadas para la elaboración de los Presupuestos para 2013 cuyo anteproyecto, anunció, se aprobará en el Consejo de Ministros del día 27 de este mes. En este aspecto cabe resaltar los otros dos anuncios del presidente: "Haremos algunas modificaciones en los impuestos verdes y los que gravan las plusvalías". La base de esas Cuentas que verán la luz a final de mes será la misma que hasta ahora: "Haremos lo que esté en nuestras manos para reducir el gasto corriente" ya que "lo más importante de todo es controlar el déficit". Ese control implicará un recorte de 24.000 millones más si este año se cumplen los objetivos marcados, y pese a todo, Rajoy fue contundente: "Lo cumpliremos". ¿Cómo?, no lo aclaró.
conferencia de presidentes Sobre recentralización y papel de las Autonomías en el control del gasto, Rajoy anunció una ley de Unidad de Mercado (mismos precios y mismas condiciones en todo el territorio) y una campaña para eliminar el "exceso" de normativas. Ambos temas serán abordados en una conferencia de presidentes autonómicos que se celebrará a principios de octubre.