Santiago de Compostela. El alcalde de Santiago de Compostela, Gerardo Conde Roa, anunció ayer su dimisión tras conocer el auto judicial que le imputa un presunto delito de fraude por casi 300.000 euros e indicó que recurrirá en el plazo de tres días para acreditar su inocencia. El titular del Juzgado número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, explica en el auto que el procedimiento trata de esclarecer si existió o no intención fraudulenta de Conde Roa en el impago de 291.000 euros correspondientes al IVA de 2010 por la venta de 61 viviendas por la sociedad Geslander como administrador. Según el auto, concurren en el procedimiento "indicios fácticos claros de la conducta típica investigada e intencionales suficientemente fundados como para continuar con la práctica de diligencias de investigación".

Tras conocer el auto, Conde Roa compareció en rueda de prensa en el Pazo de Raxoi, donde justificó que es "lo mejor" para su familia y "beneficia también" al PP, del que no habría recibido "ni una sola presión" para dimitir, recalcó. "En ningún momento el presidente (de la Xunta, Alberto Núñez- Feijóo), me presionó ni me pidió la dimisión", aclaró el alcalde, quien explicó que ha tomado esta decisión "en el momento oportuno" y destacó que "los tiempos los marco yo, no me los marcan. La decisión la tomo yo, no la toman terceros por mí".

Tras indicar que a partir de ahora se dedicará a su profesión como abogado, informó de que convocará un pleno municipal, a poder ser hoy mismo, para dar cuenta de su dimisión y otro para la elección del nuevo regidor, en la que el candidato será el teniente de alcalde, Ángel Currás (también del PP), y en la que le gustaría participar.

Respeto "Me voy sin ningún daño y sin ningún rencor y lucharé por acreditar mi inocencia", proclamó el regidor, quien dijo que se va "con la vida pública limpia desde el punto de vista del ejercicio profesional y sin ningún tipo de beneficio personal". Además, defendió la presentación ayer mismo de su dimisión "por la ciudad a la que amo y por esta institución", pues aunque su situación "pudiera ser motivo para resistir" Compostela "merece todo el respeto" y "no merece un alcalde que pueda estar en la situación en la que yo estoy".

Alegó que los hechos que se le imputan ocurrieron cuando todavía no era alcalde y recriminó el comportamiento "patético" de la oposición, porque en sus filas hay personas "que están en una posición semejante" a la suya sin tomar esta decisión, con la que "el PP marca un nivel de exigencia alto en la vida pública".