vitoria. La portavoz del grupo juntero de Ezker Batua en Álava, Nerea Gálvez, rechazó ayer entregar el acta de procuradora, tal y como le exigió la Presidencia del partido al considerar que tanto ella como su compañera en el Parlamento territorial, Merche Echezarreta, estaban al corriente de las prebendas exigidas en la negociación foral con el PNV.
Gálvez, la única de las dirigentes sobre las que se quieren aplicar medidas disciplinarias que el lunes acudió al encuentro de la dirección del partido, asume la reacción de este órgano como un intento "revanchista" del coordinador general, Mikel Arana, por tomar el "control económico" del partido. Ése es y no otro el objetivo que la procuradora observa en el intento por depurar responsabilidades emprendido por el sector aranista.
La juntera alavesa volvió ayer a reunirse con sus compañeros, esta vez en el encuentro del Consejo Político liderado por los madracistas, para desvincularse de las dos corrientes frentistas que imperan en EB y la empujan hacia la escisión. "A mí ahí no me va a encontrar ni el bloque aranista ni ninguna otra familia. Sólo me van a encontrar en un espacio en el que se busque la regeneración de EB. Hay que demostrar que se puede hace política de otra manera", defendió.
En su opinión, la Presidencia del partido sólo convocó el lunes a los seguidores aranistas, un reflejo de que el objetivo de este encuentro no era superar las divergencias y fomentar un espacio de entendimiento, sino simplemente "pedir el control económico" de la formación progresista, divido ahora entre el control que ejerce el portavoz de la Presidencia, Serafín Llamas, respecto a la caja única y la gestión de Arana sobre los ingresos procedentes del Parlamento Vasco.