J.ENCINAS/e.urabayen

PAMPLONA. Yolanda Barcina se convirtió ayer en la primera mujer presidenta del Gobierno de Navarra gracias al apoyo del PSN, que sumó sus 9 votos a los 19 de UPN para que superara de esta forma el debate de investidura. La candidata regionalista, que protagonizó un decepcionante discurso sobre todo por la falta de definición de su contenido, no consiguió arrancar ningún apoyo de la Cámara al margen de quien será su socio en la legislatura, que ni siquiera aplaudió su intervención. Al anunciado rechazo de Nafarroa Bai (8 escaños), Bildu (7) e Izquierda-Ezkerra (3) se adhirieron también los cuatro representantes del PPN.

Tan sólo una hora necesitó Barcina para desgranar el programa político con el que pretende gobernar la Comunidad Foral, que no es más que un calco ligeramente ampliado del compendio de inconcreciones recogido en el acuerdo de gobierno que el martes firmó con el PSN.

En la intervención de Barcina fue difícil adivinar dónde está la aportación de los socialistas. Pese a que habló de un gobierno "fruto del consenso", la realidad es que acudió a la tribuna de oradores con un programa continuista y similar al de los últimos gobiernos presididos por Miguel Sanz. Como no podía ser de otra forma dada la difícil coyuntura económica, fijó en la creación de empleo la "prioridad" del próximo Ejecutivo foral. "Nuestro objetivo es lograr una reducción sustancial de la tasa de paro a lo largo de la legislatura", dijo Barcina sin anunciar una sola medida concreta para atajar "la principal preocupación de los ciudadanos" más allá de las consabidas generalidades.

el psn, satisfecho e identificado Su nuevo socio, Roberto Jiménez despachó su turno de réplica al discurso de investidura de Barcina en tan solo 15 minutos. El secretario general del PSN y futuro vicepresidente afirmó que "respalda" el programa desgranado por UPN ya que fue el que firmó con su grupo y, aunque ni siquiera sus compañeros aplaudieron la intervención de Barcina, añadió que se siente "satisfecho e identificado" con dicho acuerdo, reconociendo eso sí que no tiene "todo lo que le gustaría". "Pelos en la gatera", dijo, "hemos dejado todos".

En su primera salida a la palestra, Jiménez apuntó que "dados los resultados electoral y la situación actual de crisis se hace necesario un gobierno estable y el acuerdo entre el PSN-UPN es el único gobierno posible, Política y aritméticamente". Dijo que la otra posibilidad de Gobierno, la de llegar a la presidencia con los votos de Bildu, hubiera sido una temeridad política, una irresponsabilidad con la sociedad y una aventura abocada al fracaso", al no estar garantizada la estabilidad. "Hemos sido valientes", defendió sobre este pacto.

Sin embargo, ni estas explicaciones ni todas las apelaciones que hizo al diálogo futuro aplacaron la crítica de la oposición, que desde NaBai a Bildu, pasando por I-E e incluso por los populares, arremetió en bloque contra un pacto lleno de "carencias" cuyo futuro pusieron todos en duda desde el primer día.