la haya. El exlíder militar serbobosnio Ratko Mladic aludió ayer a su mala salud para posponer su declaración de culpabilidad o inocencia, pero aprovechó su primera comparecencia para calificar de "detestables" los cargos de los que le acusa el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).
En su primera aparición ante los jueces, el exgeneral adoptó actitudes contradictorias, combinando por un lado la imagen de un enfermo vulnerable con la del militar orgulloso que demostró seguir siendo. Al inicio de la vista Mladic se definió como un hombre "gravemente enfermo", incapaz de haber podido leer y comprender las acusaciones, para lo que dijo necesitar "al menos dos meses".
Ante esta negativa, los jueces fijaron una segunda comparecencia para el 4 de julio, en la que el acusado deberá decir si se considera culpable o inocente o de lo contrario serán los magistrados del TPIY quienes emitan una declaración en su nombre, la cual garantizará la presunción de inocencia de cualquier acusado antes de que se celebre su juicio.
Pero una vez finalizado el formalismo, el conocido como el carnicero de Srebrenica retomó la actitud de militar orgulloso y autoritario, permitiéndose calificar de "detestables" unas acusaciones que, en su opinión, contienen "palabras monstruosas", de las que nunca ha oído hablar.
Rechazando implícitamente con esas palabras los cargos, Mladic aseguró que durante la guerra de Bosnia (1992-1995) defendió a su país, algo que también dijo hacer en el actual juicio.
"Defendí a mi país y no maté ni a croatas ni a musulmanes (...) quiero vivir para ver que soy un hombre libre y estoy defendiendo a mi país y a mi gente y no a Ratko Mladic", declaró casi al final de la audiencia.
Su carácter de militar acostumbrado a mandar también salió a relucir cuando denunció que le "irrita ser ayudado para andar como si fuese un ciego", por lo que exigió ser asistido únicamente cuando lo solicite. "Soy el general Mladic y todo el mundo sabe quién soy", clamó en la sala con una actitud altanera que eclipsó por un momento la del exgeneral envejecido incapaz de afrontar el volumen de información presentado por la Fiscalía.
En la vista se pudo entrever que Mladic intentará retrasar al máximo la marcha de su juicio, imitando la estrategia del ex cabecilla político serbobosnio Radovan Karadzic, que desde 2008 está siendo juzgado casi por los mismos cargos.
La marcha del juicio se verá previsiblemente obstaculizada por su estado de salud, de la cual no se han conocido detalles porque el exgeneral habló de ello en sesión privada de la sala, en la que se cierra el acceso al público. El aspecto físico de Mladic durante esta primera comparecencia reflejaba a un hombre envejecido pero lúcido y sin signos aparentes de no poder afrontar su juicio, tal y como mantuvo su abogado en Belgrado, Milos Saljic, antes de la extradición del acusado a La Haya.
Mladic está acusado de genocidio por la matanza de unos 8.000 musulmanes en la ciudad bosnia de Srebrenica en 1995 y también de varios cargos de crímenes de lesa humanidad y de guerra presuntamente ocurridos durante el asedio de Sarajevo, que se cobró 10.000 vidas durante la guerra bosnia.