vitoria. La propuesta de crear un parque empresarial en Betoño "con actividades punteras en nuevas tecnologías" constituye la principal baza electoral del PP en materia de empleo. Aránguiz, que durante la segunda legislatura de Alfonso Alonso capitaneó el área de Promoción Económica, también promete incrementar las ayudas para formación ocupacional y continua.
¿Cómo agilizaría desde el Ayuntamiento un mercado laboral que no acaba de escapar de la crisis?
Desde el Ayuntamiento no podemos tocar el mercado laboral, porque ésa es una responsabilidad de los gobiernos central y autonómico. Pero sí debo decir que la reforma laboral se ha hecho tarde y mal y no ha tenido ningún efecto, porque el paro continúa aumentando. Nuestra propuesta electoral pretende solucionar este problema. Consiste en una transformación del sur de Betoño para establecer un parque empresarial con actividades punteras en nuevas tecnologías y en lo que se refiere a valor añadido, que va a crear 1.000 puestos de trabajo directos y 5.000 indirectos. Por otra parte, proponemos incrementar la dotación para formación ocupacional y continua, que es básica en el tema del paro. También, subvencionaremos a las nuevas empresas, a los emprendedores, que es otra de nuestras prioridades.
¿Cree acertado apostar por la obra pública puntual, como ha sucedido con los planes E, o considera esta política más bien un parche?
Por supuesto que no, por varias razones. Se ha hecho en una época de crisis en la que la austeridad del gasto se imponía. Como había que gastar, se han hecho inversiones excesivas y en asuntos que a veces no suponían ninguna necesidad para las ciudades. Ha sido un gasto inútil. No sólo es un parche, sino un mal parche, porque el aire se sigue escapando.
Los jóvenes han padecido todavía más las consecuencias de la recesión. ¿Qué medidas implantaría para 'engancharlos' a la vida laboral?
Hay que adoptar todo tipo de medidas que favorezcan el emprendizaje. Primero asesoramiento y, segundo, financiación. También estaría bien que las entidades financieras abrieran un poco la manga a este tipo de iniciativas. Porque son las primeras que están recibiendo dinero y si no ayudan a la recuperación, sobre todo a los jóvenes, no hacemos nada.
¿En qué sectores económicos Vitoria debería dar un salto cualitativo y aprovechar su potencialidad?
Aquí tenemos otro problema, y es que hay actividades que ya están superadas. En estos países de Europa ya no se pueden hacer tornillos u otras cosas que puedan producirse en Asia o Suramérica más baratas. Apostamos por la economía creativa, que hasta ahora estaba un poco olvidada. Aquí hay que echarle valor añadido, conocimiento e imaginación. Me refiero con esto a un sector muy amplio, arquitectura, publicidad y marketing, artesanía, diseño, producción audiovisual, animación, cine, videojuegos, televisión y radio... Hay que apostar por esto, cosas que podemos hacer nosotros porque tenemos más conocimiento y podemos aportar ese valor añadido.
¿Qué mecanismos activaría para poner coto al empleo precario?
Esto viene de la reforma laboral. ¿Por qué tenemos tanto empleo precario? Precisamente, porque la reforma es un desastre. Desde el Ayuntamiento poco podemos hacer para combatirlo, pero a la hora de conceder subvenciones debería tenerse más en cuenta a las empresas que mantienen o incluso incrementan sus plantillas. Claro que si ese empresario tiene a alguien precario, no nos vamos a enterar. Nuestra voluntad es atajar esto, aunque sea una competencia del Gobierno central.
¿Y para que aflore el trabajo subterráneo?
Por la economía sumergida sí podemos hacer algo más, aunque no es fácil. Podemos intentarlo con la ayuda de los ciudadanos, porque con el fraude sufrimos todos y pueden colaborar. También las entidades financieras, porque si un señor que está cobrando ayudas e ingresa x por otro lado... Deberíamos pedir a cambio de alguna ley que el secreto bancario llegue hasta donde tiene que llegar, porque el fraude es lo primero que hay que perseguir. Además, a medida que la economía normal vuelva a su sitio, la sumergida irá decayendo. ¿Por qué? Porque nadie se cree, aunque lo digan las estadísticas, que hay cinco millones de parados en España. Si los hubiera, la gente estaría en la calle, pero muchos se encuentran en la economía sumergida.