EN su demanda ante el Tribunal Supremo reclamando la ilegalización de Sortu, la Abogacía del Estado hace buena la hipótesis que atribuye a ETA la desaparición y asesinato de Eduardo Moreno Bergaretxe, Pertur. Lo que los servicios jurídicos del Estado pretenden demostrar es que Sortu es una expresión tolerada por ETA, en la medida en que el rechazo de la violencia que recogen sus estatutos no ha dado pie a represalias por parte de la organización armada. Es decir, sería una desafección de la violencia tolerada por ETA como parte de una estrategia que no tiene otro fin que estar en las urnas sin bajar la persiana de la vía militar. Para sostener semejante planteamiento, la Abogacía tira de archivo y recuerda que nombres como Pertur, Yoyes o Patxi Zabaleta sufrieron la reacción violenta de ETA cuando pusieron en cuestión la estrategia militar. La Abogacía no sólo oficializa la hipótesis de la desaparición de Pertur que se ajusta a sus intereses con el propósito de ilegalizar a Sortu, sino que va más allá y ofrece hasta una versión de cómo ocurrió su muerte: "Tiro en la nuca" (sic).

Obviamente, esta afirmación es indemostrable, ya que el cuerpo del que fuera dirigente de ETA nunca fue localizado. Además, la Audiencia Nacional mantiene abierta una investigación sobre las tres hipótesis que se barajan para esclarecer la autoría (ajuste de cuentas interno; neofascistas italianos a las órdenes de los servicios secretos españoles; y grupos de extrema derecha), pesquisas que puso en marcha mediante un auto fechado en junio de 2008 en el que Fernando Andreu expone que "no se ha llegado a conocer el paradero" de Pertur, con lo que el periodo de prescripción del delito "ni siquiera ha comenzado a computarse". En base a este argumento, el juez admitió la querella de la familia e inició las investigaciones sobre las tres teorías antes expuestas.

Por ahora, no ha dado frutos. El tiempo transcurrido respecto a aquel fatídico 23 de julio de 1976 es cada vez mayor y la posibilidad de desvelar el misterio cada vez más pequeña. La paradoja es que, a este paso, el descubrimiento de la verdad trascenderá a la propia existencia de ETA. Ahora mismo, parece más probable el final de la violencia que la aparición del cadáver y la localización de los culpables.

documental

En busca de la verdad

Ángel Amigo, productor cinematográfico y amigo personal de Pertur, no descansa en la búsqueda de la verdad. Hace tres años presentó un documental (El año de todos los demonios) en el que alumbró la conexión italiana. Según expuso en aquel trabajo, neofascistas italianos que sembraron el terror en la Italia de los primeros setenta actuaron a las órdenes de los servicios secretos españoles a mediados de esa misma década, en plena descomposición del régimen franquista. Imágenes captadas durante los asesinatos de Montejurra dan fe de la presencia de elementos como Stefano della Chiae en acciones parapoliciales. Documentos y confesiones recogidas en el sumario del juez Giovanni Salvi (Operaciones de los neofascistas italianos en el sur de Francia contra ETA) señalan a estos elementos como autores, por encargo español, del secuestro de Pertur.

Amigo acaba de concluir la segunda parte de su trabajo (El caso Calore), que será emitido en próximas fechas por Euskal Telebista. En esta ocasión, el productor guipuzcoano aborda el asesinato del ultraderechista arrepentido Sergio Calore. Calore, que vivía bajo una identidad falsa por su condición de arrepentido y colaborador de la justicia, fue degollado en su domicilio el pasado mes de octubre. La noticia no tuvo repercusión en Euskal Herria a pesar de sus estrechísimos lazos con el grupo de fascistas italianos y supuestos responsables de la desaparición de Pertur.

Sergio Calore ha formado parte de la investigación que el juez Fernando Andreu realizó el año pasado tras la pista italiana. En su declaración, el ultra arrepentido confirmó al juez que sus compañeros habían actuado contra ETA en las fechas en las que desapareció el dirigente donostiarra en colaboración con la Policía española. Según Amigo, la declaración de Calore es una de las "pocas manifestaciones positivas en un sumario donde vive el olvido, la desmemoria y la desinformación. Son más los interrogantes sin resolver que los abordados con solvencia". El realizador donostiarra critica el escaso interés mostrado por la Justicia española para exprimir testimonios de elementos como Ángel Ugarte, responsable de los servicios secretos españoles en Euskadi entre 1974 y 1979, y Emilio Rodríguez Román, gobernador civil y jefe provincial del Movimiento en Gipuzkoa en ese mismo periodo.

El interrogatorio de Calore fue uno de los varios que practicó Andreu el año pasado en Italia. En esa ronda, interrogó también a elementos de la extrema derecha como Angelo Izzo o Pierre Luigi Concutelli, cuyo brazo derecho fue el asesinado Sergio Calore. Izzo se ratificó ante el juez en el testimonio que, sellado con su firma, realizó años atrás en el Tribunal de Florencia. Según Izzo, fue Concutelli el autor del secuestro de Pertur. Además, desveló la existencia de una masía donde los servicios secretos españoles recluían a los secuestrados para torturarlos y, una vez muertos, enterrarlos en un bosque de los alrededores. Concutelli, sin embargo, negó esta acusación.

"Una cosa es cierta; no hay pruebas que determinen la exclusión de ninguna hipótesis. Pero tampoco hay argumentos que incriminen definitivamente a nadie. Un crimen, de momento, perfecto", admite Amigo.