Bilbao. ¿Qué valoración hace al cumplimiento de la sentencia por parte del Estado mexicano?
No están cumpliendo, sobre todo, con cuestiones fundamentales, como el tema de la reparación de la justicia. Tampoco la parte simbólica, que es la disculpa pública, el memorial y la reparación económica ha sido asumida todavía. Sabíamos que el mismo día podrían tratar de salir al paso con algún tipo de acto, pero todavía no hay señales de cumplimiento real efectivo y eso nos preocupa mucho. Eso significa que tanto el Gobierno mexicano como el de Chihuahua no están acatando el fallo.
¿Considera que es necesario un cambio de mentalidad?
Esas cosas no ocurren de la noche a la mañana y menos cuando estamos viviendo una militarización de la seguridad pública, en medio de la cual está habiendo una ola impresionante de muertos que está invisibilizando los feminicidios. No vemos pues acciones en materia de prevención, sanción y erradicación de la violencia que fueran hacia un cambio de mentalidad ni una disposición de giro, sino al contrario. Estamos viviendo una ola de violencia criminal, en donde la violencia de género está incentivada.
¿Está peor la situación ahora que hace quince años?
A juzgar por los registros no oficiales, porque las autoridades se han negado a dar cifras a las asociaciones que se las han solicitado, señalan que de 2008 al primer trimestre de 2010 se habían producido 540 feminicidios, que equivalen a todos los que se habían acumulado durante quince años atrás. Además, estamos con la emergencia de otro fenómeno que es el involucramiento de la mujer en actividades del narcotráfico, ya sea por fuerza de la situación o por cómo se viven las cosas en este Estado, donde la ley es la ley de las organizaciones criminales.
Si una sentencia de la Corte Interamericana no es suficiente, ¿cómo presionar al Estado mexicano?
La solidaridad internacional es fundamental. Es muy importante que los medios de comunicación internacionales y las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos enfaticen en este tema, porque al Gobierno sí que le importa su prestigio internacional, mucho más que cumplir la sentencia. Además, estamos analizando solicitar a la Corte Interamericana una audiencia pública de supervisión para que cite a declarar a las autoridades y que digan por qué no están cumpliendo con la sentencia.
¿La sentencia de la Corte Interamericana prevé algún tipo de sanción si México no acata el fallo?
La Corte Interamericana no tiene ninguna posibilidad porque no tiene competencia de sancionar, no es como el caso de la UE. Aquí es otro tipo de organismo, porque en el continente no somos una organización de naciones. La sanción podría ser moral, la de exhibir al Estado mexicano como un estado que desprecia los Derechos Humanos.
Teniendo en cuenta la preocupación de México por su imagen internacional, ¿cómo vio el acto del viernes de homenaje a las víctimas?
Veía muy difícil, sobre todo, el tema de la disculpa pública, porque no les veo dispuestos a reconocer su error. Del memorial no hay nada. Hace una semana estuve en Campo Algodonero y allí no hay nada hecho. Esperamos que las nuevas autoridades estatales de Chihuahua y locales que acaban de asumir sus funciones muestren otra actitud.
¿Cuáles son las principales problemáticas que enfrentan en estos momentos las mujeres juarenses?
La inseguridad. El problema radical de Ciudad Juárez es que las niñas, las adolescentes, las jóvenes, que son la mitad de las que se desaparecen o son asesinadas y vejadas, están completamente al arbitrio de quien quiera, ya sea parejas, exparejas, redes de tratantes... porque las autoridades no tienen la capacidad de brindarles seguridad. Lo que se ve en Ciudad Juárez es abandono y políticas erráticas en materia de seguridad. Ciudad Juárez es una ciudad semidesierta, hay más de 150.000 viviendas abandonadas y la gente no sale a las calles. La ciudad vive permanentemente azotada por el miedo y el miedo paraliza. La propia autoridad está paralizada y es la que tendría que impulsar los esfuerzos para recuperar los espacios públicos y pedir auxilio internacional.