Roma. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, arremetió ayer contra la "estructura institucional" de su país que, según dijo, convierte en un "infierno" gobernar y transformar los diferentes proyectos en leyes concretas. Berlusconi hizo estas declaraciones en Roma durante su intervención en la asamblea de la patronal artesana Confartigianato, en la que consideró además que el Estado se ha desarrollado de "forma excesiva". Tampoco quedó exenta de críticas la Constitución, que según el jefe del Gobierno, necesita una puesta al día ya que está "muy pasada" y "habla mucho de los trabajadores pero casi nunca de las empresas y de los mercado". En esta línea, Berlusconi propuso actualizar la Carta Magna a través de la revisión de su artículo 41, que regula la actividad económica y su orientación hacia fines sociales.

El mandatario subrayó que en Italia "no existe sólo una opresión judicial y fiscal, sino también burocrática" y estableció que la desconfianza hacia los empresarios nace de la "cultura comunista que, desde los años setenta ha sido predominante y mira con recelo a los empresarios".

Este mensaje lo lanzó Il Cavaliere el mismo día que la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), principal sindicato de Italia, anunció la convocatoria de una huelga general para el próximo 25 de junio, en protesta contra el plan de ajuste presupuestario del Gobierno (24.000 millones).