vitoria. Pocas pruebas se antojan más evidentes sobre la política que ha seguido el Departamento vasco de Interior con los símbolos en los uniformes de la Ertzaintza que la imagen de los buzos con la ikurriña arrancada de la manga izquierda, mostrando en su lugar un imponente lamparón. Una decisión, la de despegar de las prendas el escudo en forma de orla con la ikurriña y la E de Euskadi, que responsables de la Consejería reconocieron abiertamente a los sindicatos policiales en una reunión celebrada el pasado 16 de noviembre. Es más, calificaron la misma de "innegociable". Pese a ello, y a que los agentes portan los uniformes mutilados desde comienzos del mes pasado, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, ha negado ahora que se haya ordenado retener una partida de estos uniformes.

Ares se ha expresado en estos términos en su respuesta a una pregunta del grupo parlamentario del PNV relativa a si ha ordenado "retener determinadas prendas de dotación por existir problemas en el distintivo de mangas". En su escueta contestación escrita, el consejero se limita a decir que "no se ha dado ninguna orden para retener el reparto de prendas de dotación". Además, se remite a las dos órdenes adoptadas el 17 de noviembre "por las que se sustituye la ikurriña con orla y E gótica por la ikurriña oficial y homologada". Sin embargo, la cronología de los hechos arroja una realidad muy diferente. Los actuales responsables de Interior se encontraron con una partida de unos 2.500 buzos con el escudo establecido por la anterior consejería. Tras mantenerlos retenidos en un almacén de la comisaría de Erandio desde Interior ordenaron a cuatro trabajadores del Departamento despegar los escudos uno a uno.