ntes de irnos de vacaciones, nos ponen la gasolina por las nubes. Pretenden que en breve paguemos por circular por las autovías. Antes o después, también retrasarán la edad de jubilación y nos harán currar como capullos hasta los 70 porque, según ellos, en caso contrario será imposible que cobremos la pensión cuando seamos viejillos. Pero la cosa no acaba ahí. Para seguir sangrando nuestros bolsillos, ahora nos meten otro sablazo con la luz que nos dejará la cuenta temblando. Eso sí, tienen el detalle de recomendarnos que pongamos la lavadora o que nuestros hijos hagan los deberes a partir de las 12 de la noche para que la factura no sea tan dolorosa. Tranquilos que el IVA del 21% no lo bajarán por si las moscas. ¿Qué será lo próximo que se saquen de la manga? ¿Qué hace este Gobierno tan progresista para defender a sus ciudadanos en asuntos tan básicos? No merece la pena que me siga extendiendo, pero lo cierto es que uno se cansa de que le tomen por tonto. Preferiría que me dijeran las cosas a la cara pero, desde luego, no tienen valor. Mientras existe el estúpido debate de si son de derechas, izquierdas o de centro, luego resulta que cientos de señorías acaban en consejos de administración con sueldos millonarios. Nuestra paciencia es infinita.