uenta The New York Times que Donald Trump quiere que esculpan su rostro junto a los de Washington, Jefferson, Lincoln y Roosevelt en el monte Rushmore. Por favor, sí. Así saldríamos de dudas sobre una de esas cuestiones que podían derivar en una discusión tan magnífica como surrealista y eterna en una de aquellas añoradas sobremesas precoronavirus: ¿habrá suficiente roca en el monte Rushmore para tallar el tupé más famoso desde el de Elvis? ¿Y, ya puestos, no merecería la pena además plantearse una intervención cromática, rollo muralístico, para dejar testimonio imperecedero e hiperrealista de la faz de Trump? Pura fantasía. Trump ha desmentido la noticia pero, ya que el Pisuerga pasa por Valladolid y el Potomac por Washington D.C., ha añadido: “En base a todas las cosas conseguidas durante mis primeros tres años y medio, a lo mejor más que ningún presidente, ¡me parece una buena idea!”. Que oye, no hay que perder ocasión en precampaña y si además suena la flauta y te inmortalizan en piedra, pues tira. Por cierto, el mensaje de Trump fue vía Twitter, que se une a Microsoft, al parecer, en el interés por aliarse con TikTok ante la orden ejecutiva contra la app china firmada por Trump. Guerra del siglo XXI.