La pintada de Azpeitia
Sorprende que algunos crean que una forma legítima de protestar contra una identificación es asaltar una comisaría de madrugada
La pintada
El caldo de cultivo se venía macerando y la polémica del verano ha terminado por estallar con lo sucedido este fin de semana en Azpeitia. Los hechos en los que coinciden los distintos implicados: una pintada, un identificado y un grupo de jóvenes que se plantó en el ayuntamiento para protestar por la identificación. Los municipales, sobrepasados, pidieron ayuda a la Ertzaintza. Ahí se armó el belén y, a partir de ahí, las versiones se contradicen. Así titulan en La Sexta: “Increpan y agreden a la Policía Local y la Ertzaintza en Azpeitia tras sancionar a un joven por realizar una pintada: dos de ellos han resultado heridos”.
Las preguntas
Lo de menos, casi, es la pintada, por cutre que sea. Pero, al fin y al cabo, conlleva sanción administrativa. Ergo, habrá que identificar al “artista”. Lo que sorprende es que algunos crean que una forma legítima de protestar contra una identificación es asaltar una comisaría de madrugada y se crean justificados -o amparados- como para responder de manera violenta a una actuación de las fuerzas de seguridad. Y no es el primer asalto de este tipo que vemos este verano. Le hago una pregunta muy sencilla, querido lector, ¿usted se ve en unas de esas? La que firma no, se lo aseguro.
Las justificaciones
Fiel al ‘modus operandi’ que suele esgrimir cuando se producen altercados similares, EH Bildu elude el fondo jugando a su favor con las formas. La alcaldesa de Azpeitia ha transmitido su apoyo a los municipales que estaban trabajando esa noche -y que fueron, no lo olvidemos, los que tuvieron que pedir refuerzos para frenar a la jauría-. Ausencia de mensaje similar para los ertzainas agredidos para, acto seguido, criticar el despliegue policial, que ha tildado de “desproporcionado”. Un cinismo que ampara a quienes creen que la ley sólo vale cuando la hacen ellos.
Y tú más
Estoy bastante segura de que, más que los últimos casos de corrupción política, a la gente le cabrea que quieran dar lecciones quienes harían mejor en reconocer el daño causado y agachar la cabeza. ¿Es más grave el caso Koldo o el caso Montoro? Mire, eso lo decidirá la judicatura. En cualquier caso, es imposible luchar contra la sensación de que, la haga quien la haga, siempre pierden los mismos: los ciudadanos. Por ello, el PSOE haría bien en tomárselo con un poco más de humildad: “El PSOE se toma la revancha del ‘caso Cerdán’: Lo de Montoro es un escándalo como nunca hemos visto en España” (Diario Crítico).
Nos jugamos la salud
Por convicción, por civismo, por ecologismo o por lo que sea. Debemos ponderar el comercio local frente a gigantes del comercio electrónico como Shein o Temu porque somos los consumidores los que tenemos una responsabilidad directa a la hora de construir el mundo que queremos. Pero ahora, además, también porque nos puede ir la salud en ello. La Comisión Europea ha iniciado una investigación formal sobre la seguridad de los productos vendidos en estas plataformas, ante la sospecha de que muchos de ellos podrían contener sustancias tóxicas y no cumplir con las normativas de seguridad comunitarias.