En la anterior entrega de este mismo artículo y publicado recientemente manifestaba que reconocía en que había dudado, y mucho, con el título a encabezar dichos escritos. Decía que la duda estribaba entre el que parece, por un lado, y entre este otro “Sin acritud y con humildad” o “De la necesidad virtud” y este otro, “Aparentan haber sido ajenas”. Me he decidido por el que encabeza este artículo. Estimo que éste responde más y mejor al contenido de lo que sigue. Desarrollaba y parafraseaba unas ideas del propio Jon Azua manifestadas en un recién artículo suyo en este mismo medio.
En la primera parte de mi artículo hablaba sin nombrarlo sobre lo que se conoce por “adanismo”. Hoy y ahora sí lo nombro: adanismo pues. Adanismo a veces no se resiste a repartir carnets, y no identidad, por cierto. Y así el principal adversario político en cuestión, léase el nacionalismo institucional e histórico, puede pasar en pocas horas, de un día a otro, de neoliberales que apoyan y posicionan sistemáticamente con las grandes economías, fortunas emporios y empresas a convertirse de repente en sanas fuerzas progresistas con las que, de aquí en adelante se entiende, estarían dispuestos a llegar a acuerdos de País incluso a gobernar conjuntamente. Los que históricamente, el nacionalismo institucional e histórico buscaban ocupar el centro político en la sociedad vasca, según ellos, no representaban al abertzale consecuente. Ahora, tienen nuevos imitadores. Manifiestan estos últimos que lo hacen por responsabilidad, por practicar la nueva política responsable y con nuevas iniciativas. Entienden que hay una opción política centenaria que tiene ya la caducidad política en el buzón de correos de su sede. Proclaman que el nuevo ciclo político irrumpe con ímpetu renovado. Dicen que su nuevo ciclo político es imparable y responde, obviamente, a las nuevas necesidades de la sociedad vasca y a los nuevos retos que nos depara el discurrir de la historia. En Euskadi durante décadas, la construcción nacional se la apropiaron quienes la teorizaban al margen de las instituciones democráticas. La soberanía, decían, era muy útil para apelar a la utopía socialista pero no para respaldar a los que la materializaban en términos de autogobierno.
Del pasado cuasi reciente mejor no hablar, no se debe hablar, pues casi ni existe, fue como mucho un ciclo político periclitado y ya superado del cual no procede hablar. Y quien osa hacerlo es tachado de, al menos, de aguafiestas, mastaba o incluso de intentar vengativamente meter el dedo en el ojo del otro. Desde el púlpito del oráculo de la verdad se proclama que lo que único que procede es ponerse las gafas del futuro sin hacer ninguna mención del pasado. Niegan en la práctica que cualquier vehículo que ruede hacia su destino lleve dos retrovisores, amén del espejo interior. Y así deciden pasar página sin leer la anterior. Lo de la memoria es para otros. La necesidad de la memoria es ajena. Niegan en la práctica que cualquier vehículo que ruede hacia su destino lleve dos retrovisores, amén del espejo interior. Y así deciden pasar página sin leer la anterior. Lo de la memoria es para otros. La necesidad de la memoria es ajena. Y así, de repente, se requiere después de 40 largos años un debate urgente sobre un nuevo modelo policial vasco. Me pregunto: ¿Y lo de hasta ahora? ¿Y lo de los “zipaios”? ¿Y lo de los 15 ertzainas que nos “faltan”, asesinados ellos?
En definitiva, tú no, yo sí, antes no, ahora sí. Ahora y yo sí. Antes y tú no. Es más intuyo mensajes ambivalentes, me explico: en euskera discurso duros soberanistas y tradicionales de ese mundo, y/pero en castellano discurso amable y cuasiplano socialdemócrata al uso dirigido a clientelas diversificadas, aunque Arkaitz Rodríguez y Elena Boliki, secretario general y responsable internacional de Sortu han llevado a cabo recientemente una visita a Cuba invitados por el Partido Comunista cubano con la intención de poner en común sus recetas sobre los desafíos de la izquierda y el proceso de liberación de nuestro pueblo.
Sal gruesa al referirse al PNV. “Todo está mal en cuestión de vivienda, el PNV es de derechas”. Manipulación en la cuestión de alineamiento con y en la defensa de los intereses y defensa de Euskadi. Por cierto, es realmente curioso que en esta nueva fase-ciclo, la posición de EH Bildu se ha quedado como la única fuerza abertzale-nacionalista-soberanista-independentista, única sí, a en defender la Ley de la Vivienda a probada en el Congreso de España ya que Junts, ERC, BNG, CUP, el Parlamento de Cataluña, el Gobierno Vasco y el propio PNV se oponen a la misma por invasión competencial. No se entiende muy bien que un partido como Bildu que se dice soberanista prefiera defender la usurpación de las competencias resididas en el Estatuto Vasco de Autonomía de Gernika en políticas de vivienda acogiéndose a un discurso simplista, ideologizado y/o adanista de progresía rampante. Buenismo de bien-quedas, populismo de manual. Un inocente compulsivo como el que escribe estas líneas sospecha que se intenta colocar al PNV como un supuesto derechista defensor de grandes tenedores y fondos buitres, etc. Y este ser inocente se pregunta, ¿dónde queda para EH Bildu la defensa del sujeto político Pueblo Vasco y de su ámbito competencial? En este sentido fue magnífica la intervención de la dirigente del PNV Maria Eugenia Arrizabalaga cuando manifestó al respecto de la invasión competencial: “Es como si España nos dijera, oye, me meto en tu casa y te la voy a decorar a mi antojo, como a mí me gusta, pero no te enfades, porque yo creo que eso es bueno para ti”. Expresión, por cierto, como máximo exponente de paternalismo centralista, justo lo contario de lo que suponen la voluntad y la capacidad de autogobierno de Euskadi. Ciertamente es muy necesario buscar novedosas soluciones, pero no abrir confrontaciones falsas y populistas en las que se apueste por la prevalencia española, así de claro. Puro adanismo. Ellos los repartidores de carnés abertzales son los que cargan contra quienes velan por el marco vasco de decisión. ¿Este es el cambio de ciclo político tan cacareado?
Hago las mías las reflexiones de Imanol Pradales candidato a lehendakari por EAJ-PNV manifestadas en una entrevista a ETB el pasado 29 de febrero. Su vigencia es constatable. Está encima de la mesa. Rezuma presente. También el adanismo de algunos. Lo parafraseo: “Quiero poner en evidencia la contradicción que supondría que EH Bildu acuse al PNV de carecer de ambición en materia de autogobierno, cuando la izquierda abertzale ha minusvalorado durante cuatro décadas lo conseguido bajo el liderazgo institucional del partido jeltzale, y además, sigue respaldando la Ley de Vivienda estatal aunque todos los partidos nacionalistas vascos, catalanes y gallegos admiten que hay una invasión competencial, también la CUP nada sospechoso de connivencias con fortunas y fondos buitres. EH Bildu ha venido a la senda de EAJ-PNV. Hablan de autogobierno, cuando hasta ahora no lo hacían. Se muestran preocupados por nuestros instrumentos propios, aunque al mismo tiempo apoyan, lo reitero, una ley española, como la de la Vivienda, por ejemplo. ¡Bienvenidos al ámbito del autogobierno que ha sido liderado por EAJ-PNV durante 45 años!”.
Lo manifiesto y escribo sin acritud, bienvenidos al pragmatismo, al posibilismo, a la negociación, al acuerdo, los consensos de País y al pacto entre diferentes. Estoy convencido que la convivencia en este país a futuro hay que construirlo desde las bases de la memoria, de la justicia y de la reparación. No del olvido. Bienvenidos a esta apasionante excursión política y social de hollar la cima del monte bordeándolo con paciencia, inasequible a los posibles desalientos y pájaras inoportunas, sin prisas, sin pausas, sin perder la esperanza de un futuro mejor. Humildad en el trayecto. Todos somos necesarios en esta escalada a favor de una sociedad más justa, solidaria, inclusiva, diversa y generosa. Todos necesarios en esta escalada a favor de un mejor autogobierno vasco, de una Euskadi de los 7 territorios, de una Euskal Herria “Zazpiak Bat” que tenga su lugar co-soberano en una Europa unida y diversa. Sin acritud, con humildad, así lo pienso y lo escribo, y lo hago muy sinceramente con el máximo de los respetos. Quiero demasiado a Euskadi para descartar cualquier tentación de levantar trincheras. Apelo a proyectos colectivos de País. Por el futuro y las siguientes generaciones de vascos/as. Ánimo, y a ello. Suerte. Sea.