Pensaríamos, de entrada, que la sociedad vasca se escindiría entre nacionalistas vascos y constitucionalistas o nacionalistas españoles. Ciertamente hay nacionalistas vascos y no nacionalistas, pero no solamente no conforman dos colectivos bien diferenciados, sino que 1°) hay una gran masa de vascos que se dicen y sienten, vascos y españoles, y 2°) la polarización hacia la vasquidad sobre la españolidad, se da en todos y cada uno de los clústeres, aunque más marcado en unos que en otros.

Por ejemplo, en el voto al PNV. No hay correlación entre sentirse vasco, particularmente “únicamente vasco” y el voto al PNV. En el 5º clúster (Moderno) el más numeroso de los cinco, hay muchos que se dicen “tan vascos como españoles”, y votan al PNV. Mientras que los del 3° (Antiinstitucional) y 4°(Retraído), que suman no más del 15%, votan a EH Bildu y, a Unidas Podemos, y apenas al PNV.

Algo similar obtenemos si utilizamos como ejes explicativos las variables izquierda-derecha, el lugar de nacimiento, esto es ser autóctono o inmigrante, que dejaría en el centro a la inmensa mayoría de los vascos y solamente discriminaría las posiciones extremas. Lo mismo cabe decir de otras variables como la religiosidad, con una gran mayoría que se posiciona en el registro secular, la clase social ocupacional, el Territorio Histórico donde reside, así como la edad y el sexo (y genero). El lector interesado puede consultar el libro de María Silvestre (coord.) “Valores para una pandemia: la fuerza de los vínculos”, páginas 281-286.

Por todo lo anterior, y tras reflexión, nuestra propuesta de lectura del conjunto de resultados de la Tipología será la de considerar otros dos ejes centrales para ofrecer una visión de conjunto de la sociedad vasca.

Dos ejes interpretativos

Por un lado, apuntamos al eje, o polarización, entre lo tradicional, lo de siempre, por un lado, y lo moderno, lo innovador e incluso lo rupturista, por el otro. En este eje, colocaríamos en el polo de lo tradicional en primer y principal lugar a los miembros del Clúster 2º (Tradicional) y a continuación, algo más centrados, pero en el polo de lo tradicional a los miembros del Clúster 1º (Integrado). En el polo de lo moderno, ciertamente estarían los miembros del Clúster 5º (Moderno), y los del 3º (Antiinstitucional) más rupturistas, particularmente en su dimensión política como en su modelo de sociedad. Los escasos miembros del Clúster 4º son más difíciles de posicionar: por un lado, muestran signos evidentes de modernidad, por ejemplo, en su confianza en las redes sociales particularmente, así como su lejanía de las FFAA y de la Iglesia. Pero es difícil hablar de modernidad cuando no se concede importancia en sus vidas al tiempo libre y de ocio, ni tampoco al trabajo.

El otro eje sería el que distribuye a la sociedad a tenor del carácter proactivo e integrado (aun críticamente) de los vascos, frente al pasivo, retraído o poco integrado. En el polo proactivo situamos, en preferente posición, al nº 5 (Moderno) y al 1º Centrado), y al tercero (Antiinstitucional), aunque está menos socialmente integrado que los otros dos. En el polo de la pasividad y de la no integración, de forma nítida, situamos al Clúster 2º (Tradicional) pero también al 4º (Retraído). Todos esto lo podemos visualizar mediante el gráfico que aparece en la página.

En el cuadrante superior a la derecha, pro-activo y mirando al futuro, tenemos dos clústeres el 5º (Modernos) y al 3º (Antiinstitucional). En el cuadrante superior a la izquierda el 1º (Centrado). En el cuadrante inferior a la derecha el 4º (Retraído) y en la izquierda 2º (Tradicional).

Proactivos y pasivos. Mirando al futuro y al pasado

Todo se juega en los dos cuadrantes superiores donde se concentran tres de cada cuatro vascos: los más proactivos, donde situamos a los miembros del Clúster 5º (Modernos), en primer y preferente lugar, a los del Clúster 1º (Centrado) y, también a los del 3º, pero estos últimos por su dimensión proactiva y no por su integración social que es muy crítica. Tres de cada cuatro vascos pro-activos frente a uno de cada cuatro pasivos, no es un dato menor.

Este retrato sociológico de la sociedad vasca en base a sus sistemas de valores nos muestra a tres clústeres, el 3º, el 5º y el 4º que cabe situar en el polo de las personas que miran al futuro: el 51,19% de la población vasca, luego algo menos del 49% se posicionarían en el polo de los que, desde miran, sobre todo, al pasado.

En el polo tradicional tenemos al Clúster 1º (Centrado) y, de forma sobresaliente al 2º (Tradicional). Pero presentan perfiles bien diferentes. El Clúster 2º, con el 18,40% de la población vasca, es el de más edad de los cinco, el de menos recursos, tanto financieros como educativos, con una religiosidad de la era de la cristiandad, apenas tiene futuro y, lenta, pero inexorablemente, se irá difuminando del escenario social vasco. No así el Clúster 1º, que agrupa algo más del 30% de la población vasca, nos muestra al trabajador vasco de siempre, empeñista en lo suyo, y lo suyo es más el mundo civil, laboral, familiar, el de los amigos y conocidos, que el mundo político. Con unos planteamientos éticos de fondo, no acepta el ventajismo económico, ni la pena de muerte y la violencia de intencionalidad política. Pero valora el paraguas del Estado y no acepta que los parados deban aceptar cualquier trabajo por el hecho de estar en paro. Hay algo más que la productividad, por la productividad, en su escala de valores.

En el polo que mira al futuro, subrayamos los miembros del Clúster 5º (Modernos), más de un tercio de la población vasca, bien asentados en el presente, los más integrados en la sociedad de hoy, miran al futuro desde una perspectiva, por decirlo rápido, que cabe etiquetar de reformista, mientras que los miembros del colectivo tercero, sin duda alguna, lo situaríamos en el lado rupturista o revolucionaria. Es más complicado situar al colectivo 4º, el menos numeroso de los cinco clústeres. Es el pepito grillo de esta Tipología.

El “nos” vasco

Es importante señalar que los dos clústeres más importantes de nuestra Tipología, el 1º y el 5º, se sitúan en el polo activo y, es también importante señalar que, los dos, reflejan dos de las grandes líneas interpretativas de la sociedad vasca: la que, desde el presente, mira hacia el pasado, el Clúster 1º, y la que, también desde el presente, mira al futuro, el Clúster 5º. La dimensión más conservadora, incluso relativamente tradicional, el Clúster 1º, y la dimensión más moderna, más abierta al futuro, el Clúster 5º. Las dos perfectamente integradas en el nos vasco de nuestros días. Son, lo repito, las dos grandes corrientes de fondo que están construyendo la sociedad vasca. Y entre los dos abarcan a dos tercios de esa sociedad.

En definitiva, la sociedad vasca plural, diversa, a caballo entre la modernidad y la tradición, pero una sociedad viva, proactiva, desde parámetros muy distintos, sin olvidar a colectivos, el 2º de nuestra Tipología, anclados en un pasado que no ha de volver. El futuro de Euskadi (y me atrevo a decir que de Euskal Herria) a medio y largo plazo, está en los clústeres 5º y 1º. Muy trabajadores los dos ambos con los pies en el suelo, más moderado el 1º. El futuro de los jóvenes del Clúster 3º está por ver si bascula hacia un populismo de una izquierda extrema que mira a un comunismo de otros tiempos, o se convierte en adalid de otra izquierda que vaya más allá de la mera protesta. Y los conflictos de estos días entre las dos fracciones de los jóvenes de la izquierda abertzale es un ejemplo de lo que decimos. l

* Catedrático Emérito de Sociología. Universidad de Deusto