No termina la pandemia
El repunte de la pandemia en Europa asoma como una nueva ola que se cierne sobre algunos países. Varias son las causas del elevado número de casos, la relajación de la población, la ausencia de medidas eficaces por parte de los gobiernos y el insuficiente nivel de vacunación de algunos estados. Nos las prometíamos muy felices cuando se levantaron la mayoría de las restricciones, sin embargo nos hemos topado con una cruda realidad. Algunos países se plantean convertir en obligatorio la inoculación de la vacuna a toda la población. Por el momento, obligan a determinados colectivos a inyectarse el suero o restringen el acceso espectáculos o restaurantes.
Compañeros de viaje
Hay ayuntamientos en los que los compañeros de viaje pueden estar mal avenidos pero que, como si de una banda de rock se tratase, se unen como una piña ante un grupo rival. Una moción de censura expulsa al actual alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, tras su aparición en los papeles de Pandora. Según se ha publicado, el alcalde del PP recibió un poder general para gestionar una sociedad en Belice, un conocido paraíso fiscal al norte de Centroamérica. Ha logrado la hazaña de que los concejales de la oposición voten a favor de la moción de censura. El socialista, Rubén Guijarro, se ha convertido en el nuevo primer edil.
Reconocer la responsabilidad
Pasado el décimo aniversario del abandono de las armas por parte de ETA, recogemos un tuit de Iñaki García Arrizabalaga, activo militante de la reconciliación, cuyo padre fue asesinado por la organización. Acompañado de una viñeta de El País, que simula el comunicado del fin de la violencia, pero ante una mesa ensangrentada, junto al texto “Nosotros no fuimos, fue la época”. Alude a la evasión de responsabilidades por parte de los ex-miembros de la banda terrorista, achacando el horror causado a razones externas. Los pasos dados son importantes, pero a su juicio: “Reconocer esta responsabilidad es el primer paso para la autocrítica”.
Oscuro futuro climático
No nos sorprendemos de los escasos avances y acuerdos de la cumbre climática de Glasglow, más si cabe después de conocer el dato que el conjunto de las empresas de combustibles fósiles cuentan con una representación mayor que cualquier país asistente. El lobby del gas, carbón y petróleo, los mayores afectados por las posibles restricciones, acude con más de 500 personas. Podemos imaginar que ninguno de ellos defenderá un futuro verde y ecológico, sino más bien mantener el status quo actual y defender a sus empresas. Además, es evidente que muchos cuentan con la connivencia, e incluso van de la mano, de los países productores.
Nacer sin patria
Damos por supuesto que, lo deseemos o no, todos tenemos una nacionalidad. El lugar de nacimiento marca ineludiblemente la pertenencia a un Estado, aunque hay excepciones. En El Confidencial hacen un repaso de la variada casuística que acompaña a los apátridas. Desde la diversa legislación para aquellos que nacen en un avión, o en un buque surcando aguas internacionales, o los niños sirios nacidos en el exilio que no cuentan con registro de nacimiento hasta incluso aquellos que vieron la luz en un país que ya no existe. Nacer sin patria supone, en la mayoría de los casos, la negación de los más básicos derechos. Desde luego, nada envidiable.