e viene a la cabeza, como no, el bertso de Lete: Adiskide bat bazen, Orotan bihozbera. Xabier Agirre ha sido un amigo más allá de la política, “sensible entre todos los amigos” como dice el bertso. Un gran conocedor del este territorio histórico de Araba, (y en ese contexto firme defensor de la integración de Trebiño en el mismo), y por supuesto de su capital Gasteiz. Curtido en mil batallas políticas, algunas de ellas críticas y al más alto nivel dentro de este País, y otras de igual importancia pero menos públicas, aunque igualmente eficaces y trascendentales.
Pienso que en la vida, las metas son estupendas y necesarias, pero creo que el camino es lo importante. Es más, no hay meta sin camino y la trayectoria de Xabier ha sido sobre todo camino. Recorrido vital hecho a golpe de trabajo diario, con honestidad, sin estridencias, sólido, con ilusión y sacrificio, con exigencia de preparación, detallista, a base de amistad, de cercanía, de compañerismo, de diálogo y de sufrimiento. Y luchador hasta el final. Y todo ello, con el apoyo incondicional y discreto de su familia. A lo largo de mis años de amistad con él, ya se sabe, la “cuadrilla une mucho”, he ido descubriendo y comprendiendo su forma de ser, de mirar, de entender, de compartir y he llegado a la conclusión de que Xabier Agirre ha sido un demócrata, un político trabajador y honesto y creo que en él se encuentran algunos de los mejores valores de nuestro pueblo, como su calidad humana, su profundo sentimiento de identidad vasca, su compromiso con esta tierra alavesa, su capacidad de escuchar y de dialogar, sus conocimientos y voluntad para el consenso, su preparación y tenacidad, su talante democrático y su gran respeto y cercanía a la gente de a pie. Esto es lo que para mí define a Xabier Agirre: “Izarren hautsa egun batean, bilakatu zen bizigai, hauts hartatikan uste gabean, noizpait giñaden gu ernai. Eta horrela bizitzen gera, sortuz ta sortuz gure aukera, atsedenik hartu gabe, lana egiñaz goaz Aurrera, kate horretan denok batera, gogorki loturik gaude”. Goian bego.
El autor es amigo personal de Xabier Agirre