‘Brexit’
Ay, qué cruz. Creo que he llegado al cenit de mi madurez. Lo digo porque, sin que nadie me obligue, me ha dado por escribir en este espacio sobre cosas y circunstancias aparentemente serias. Supongo que, a partir de ahora, los rigores de la estricta responsabilidad y de la solvencia informativa me obligarán a elaborar sesudas opiniones sobre cualquier circunstancia acaecida en el planeta Tierra y a obviar otras formas menos académicas de afrontar la actualidad. En esta tesitura, he pensado que es el momento de analizar el Brexit. Dicen quienes saben de esto que con la salida del Reino Unido de la Unión Europea no gana nadie, ni siquiera Pedro Sánchez con su ramalazo postrero de patriotismo al sacar el comodín de Gibraltar antes de aprobar el acuerdo final. Ahora bien, visto todo desde fuera y desde el total y absoluto desconocimiento de las reglas de la diplomacia y las relaciones internacionales, lo cierto es que sí que parece haber vencedores y vencidos. Entre los primeros, claramente están aquellos que se sirvieron de la democracia para reírse de ella en su propia jeta. Entre los segundos, todos aquellos que, por sus intereses estrictamente personales, no han sabido ver llegar al lobo, que ya se ha comido a buena parte del rebaño sin que a las ovejas las haya dado tiempo a balar.