En ocasiones, veo políticos. Sí, así de pronto. Me pasa de unas semanas a esta parte. Y lo peor es que, según avanzan los días, los síntomas se están agudizando. He llegado a un extremo preocupante, con visiones recurrentes de portavoces de unos y de otros camuflados en los rincones más insospechados. Todo ello me ha animado a buscar ayuda profesional. En la consulta, el facultativo encargado de escudriñar mi sesera, la examinó desde todas las perspectivas hasta llegar a un diagnóstico que me ha dejado perplejo. Según parece, padezco lo mismo que el protagonista de El sexto sentido, obra maestra del cine de suspense pergeñada por Manoj Nelliyattu Shyamalan. No obstante, he de aclarar que en mi caso, los muertos que aterrorizaban a Cole Sear, magistralmente interpretado por Haley Joel Osment, parecen muy vivos y sólo se asemejan a los fantasmas que amargaban a la criatura en su presencia inesperada en ámbitos en los que no deberían aparecer. Dicho lo cual, el doctor me ha recomendado baños de sales, muchas dosis de paciencia y tratar de resolver sudokus de dificultad supina. Considera que, con ello, espantaré las imágenes de mi cerebro, al menos, hasta que avance peligrosamente la próxima campaña electoral...