Bien, bien. Arrancamos septiembre con un debate molón encima de la mesa. ¿Nos cargamos el cambio de hora? Y si nos lo cargamos, ¿nos quedamos con el horario de verano o el de invierno? Y ya puestos, una derivada del asunto en España que, al parecer, el Gobierno tampoco descarta: ¿cambio de huso horario? Porque lo del huso horario de España alineado con Alemania viene de donde viene, un origen de la lógica política de los tiempos franquistas que poco tiene que ver con la lógica de los paralelos y la geografía. (Por cierto, abro un paréntesis para señalar que en change.org, “ante el devenir de los días y la inconsistencia en los pasos a dar para el derribo de la cruz del Valle de los Caídos”, se ha abierto una recogida de firmas para el “derribo de la cruz y que, en su lugar, se levante una estatua de Batman, porque es el héroe que nos merecemos, y es el héroe que ahora necesitamos”). Volviendo al tema horario, atentos porque este tema promete. Para empezar porque, tras echar un vistazo por las votaciones improvisadas de ayer en distintos medios digitales, parece que hay una mayoría aplastante a favor de mantener un solo horario y poner de acuerdo en este Estado en algo a más de dos personas es un milagro. Ya veremos si estamos tan de acuerdo en cuál de los dos horarios -verano o invierno- mantener.