Circuló hace unas semanas con bastante profusión una imagen de una playa en la que tres mujeres posaban en la orilla para las cámaras de tres hombres, al parecer en Tailandia. La foto sirvió para algunas reflexiones sobre el mundo Instagram y eso que llaman influencers. Más o menos al tiempo, leí un reportaje sobre los lugares del mundo que más se repiten en las fotografías de los usuarios de Instagram -por ejemplo, si vas a París y no subes la foto con la torre Eiffel al fondo tomada desde el Trocadero pues como que no has estado del todo en París- y resulta que la propia red social publica un ranking al respecto. En 2017, por ejemplo, el escenario más fotografiado y compartido en Instagram fue Disneyland (California), seguido por Times Square y Central Park en Nueva York, la torre Eiffel en París, Disneyland Tokio, Disney’s Magic Kingdom (Orlando), el Museo Louvre (París), el puente de Brooklyn (Nueva York), Disney California Adventure Park (Anaheim, EEUU) y Las Vegas Strip (Las Vegas). Al margen del apabullante dominio del imperio del amigo Mickey, y sin entrar en debates sobre la intimidad en redes sociales, recordé que en Roma esperé para hacerme una foto en la Bocca della Verità, y eso que descansa en un álbum analógico y que no soy fan de Vacaciones en Roma.