La política española anda ahora en un curioso momento del movimiento pendular en el que los partidos políticos parecen andar enfrascados por la pelea de la primacía en sus respectivos lados del espectro. Pablo Casado y Albert Rivera protagonizan el duelo más obvio a la derecha, mientras que Pedro Sánchez se mueve desde Moncloa con el margen de maniobra que le otorga la Presidencia -estrechado por su debilidad parlamentaria-, el haber llegado a ella precisamente con el voto de quien aspiraba al sorpasso al PSOE y que el líder de ese Podemos, Pablo Iglesias, sigue fuera de la escena pública. El asunto tiene su punto, si recordamos que no hace tanto nos vendieron que con la crisis las ideologías clásicas murieron y que lo de la izquierda y la derecha era un asunto de vieja política. Bueno, tan vieja política que hubo un tiempo no tan lejano en que a Podemos y Ciudadanos incluso llegaron a presumir de no ser de izquierdas, ni de derechas. Pues en estas semanas, al menos, lo que no parece interesar a los cuatro grandes partidos del Estado es el sacrosanto centro. Y no puedo pasar sin decir que la foto de Casado ayer en Algeciras me ha recordado, salvando todas las distancias, a la que se marcó ese Mariano Rajoy del que parece renegar en la cola del Inem antes de llegar a la Moncloa. Es todo tan curioso...
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