Este fin de semana es, digamos, el oficial. Ese que las direcciones de tráfico marcan como la madre de todos los desplazamientos. Operación salida, operación retorno... Basta con echar un vistazo a los mapas interactivos que ofrecen Tráfico del Gobierno Vasco o la DGT para ver cómo se van acumulando poco a poco incidencias de atascos de más o menos kilómetros: siete kilómetros en Irun, cinco en Armiñón, retención nivel rojo en la B24 -que no es una indicación tan precisa cuantitativamente hablando pero lo de nivel rojo casi acojona más-. Porque sí, qué sería de un periodo de vacaciones sin su atasquito bueno. Y qué decir de las huelgas. Este año vamos teniendo un poquito de todo. Los tripulantes de cabina de Ryanair, los taxistas en Barcelona y también en Madrid, Renfe, el personal de tierra de Aena que desconvocó in extremis... Porque, sí, también, qué sería de unas vacaciones sin su correspondiente riesgo de toparte con una huelga. Seamos viajeros de carretera o de otros medios de transporte, nos queda el consuelo de las temperaturas más o menos llevaderas en lo que va de verano, que solo falta sobrellevar con paciencia franciscana el atasco o la espera en el aeropuerto en plena canícula. Si quieren calorcito caribeño, este verano toca Noruega, Suecia o Alemania. Cosas veredes.