Con lo del puro, y ya se puede poner quien quiera todo lo cabezón que desee, no hay discusión. Los viejillos del bar lo tienen claro: sí o sí, ya reviente un pulmón o el Ministerio de Sanidad. Y como en el cortado mañanero pongas en cuestión eso, se te ponen en plan abuelo Cebolleta recordando cuando no estaba Celedón y las fiestas de La Blanca se iniciaban fumando. Pasan por lo de la bota de vino reciclable, tengo a algunos pensándose seriamente en ir con algo morado y no ponen pegas a lo de olvidarse de tirar champán, cava o similares. Pero el mechero no se toca. Incluso aunque la mayoría no entran a la plaza, sino que se quedan en las cercanías, en muchos casos acompañando al resto de la familia. Hasta ahí podíamos llegar, dicen. Nuestro escanciador de café y otras sustancias ha propuesto hacer un inicio de las fiestas alternativo, bajando un muñeco desde lo alto de la tele del bar hasta la barra, tirando el perceptivo cohete a las seis de la tarde. Pero de momento no ha conseguido demasiado quorum??. Al fin y al cabo, los viejillos sostienen que para los cuatro telediarios que les quedan, mejor no meneallo, sobre todo porque sospechan que nuestro querido barman quiere aprovechar la circunstancia para cobrarles el vino de año a doblón con la excusa.
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