Leía hace algunos días que la Policía alemana estaba investigando un posible caso de asesinato múltiple. Al parecer, un trabajador de una empresa observó un comportamiento extraño en un compañero a través de unas cámaras de videovigilancia después de que otro colega encontrara un polvo blanco en el sándwich de su almuerzo. La sustancia resultó ser acetato de plomo y al registrar la vivienda del sospechoso, de 56 años, la Policía halló productos químicos tóxicos como mercurio, plomo y cadmio. Tirando del hilo, resulta que la investigación abarca ya los fallecimientos de 21 empleados de la empresa desde el año 2000, muertos por ataques cardíacos o por cáncer poco después de jubilarse y cuyo origen, según los investigadores, podría ser compatible con el envenenamiento por metales pesados. El asunto ya sería macabro si finalmente se confirmara que el tipo intentó envenenar a un compañero, y realmente siniestro si efectivamente se comprueba que el intento se enmarcó en todo un historial asesino de nada más y nada menos que hasta 21 vidas humanas. Pero me intrigaría conocer el porqué. ¿Tuvo este tipo un momento detonante tipo Un día de furia? ¿La elección del entorno criminal fue casual o no? No sé si volveré a mirar igual la máquina de café...
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