Siete candidatos. Toma ya. No está nada mal para un partido regido a golpe de designación digital hasta anteayer. Imagino que a algunos en Génova y sus filiales se les estará haciendo de noche con semejante despliegue -aunque seguramente tenga que ver más con otras cosas, me intriga el porqué del aparta de mí este caliz que se ha marcado Núñez Feijóo-, pero no debería ser negativo el debate y la confrontación de ideas. En fin. Sí, qué ingenuidad. Por otra parte, para su tranquilidad -la del PP digo-, sospecho que a este partido le queda mucha mili para alcanzar los niveles de crudeza fraticida que despliega históricamente la izquierda en estos menesteres. Aunque si nos paramos a pensar en los últimos años, en algunos episodios madrileños por poner, no hay que descartar que haya quien tenga en su poder algún máster en Política Palatina y Supervivencia en la Corte de Nerón, por ejemplo. Dicen los que conocen los entresijos genoveses que esta carrera es cosa de dos: Soraya Sáenz de Santamaría vs. María Dolores de Cospedal. Quién sabe, yo ya no pongo la mano en el fuego por casi nada. Pero conociendo un poco el largo historial público que atesora el enfrentamiento entre las dos, no he podido evitar imaginármelas en plan Connor MacLeod, con kilt y todo, al grito de solo puede quedar una.
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