H asta en tres ocasiones he tenido que llamar a una institución pública porque me han dado de alta en un servicio de mensajería a móviles que no he solicitado. Ahora me dicen, que tengo que pasar sus oficinas. ¿Si ellos me dieron de alta sin necesidad de que estuviera yo presente, para qué me necesitan ahora? Cuando se murió el aita, una entidad municipal nos mandó una carta diciendo que sabía que nuestro familiar había fallecido y que pasásemos a dejar una copia bien cumplimentada del certificado de defunción. ¿Para qué, si ya saben que está muerto? Podría poner algunos ejemplos más, pero para qué seguir. Por eso me hace gracia que ahora alguno que otro se tire de los pelos porque una red social ha comerciado con los datos de quienes forman parte de ella. Vamos a ver, cada vez que pasas una tarjeta de crédito por cualquier lado, das información. Cuando usas el móvil, das información. Cuando te das de alta en un servicio (o de baja), das información. Cuando los códigos de barras de los productos que comprar en el economato pasan por la caja registradora, das información. Cuando reservas una visita guiada, das información. Cuando... Tus datos no son tuyos. Hace ya mucho tiempo que lo dejaron de ser. Borrarse es imposible.