cuidadín, que al PP se le pasa el arroz y llega el relevo por la derecha. Jóvenes, presuntamente modernos, posibilistas... y radicales. Las últimas encuestas publicadas reflejan el ascenso imparable del partido naranja y del declive sin pausa de los partidos que se han repartido el poder desde la Transición hasta aquí. El PP y el PSOE han envejecido, o eso dicen los cocineros de los datos estadísticos. Paso a los nuevos demócratas -siempre que no rompan con los axiomas fundamentales del orden establecido por los antiguos, claro- para abrir una nueva era de esplendor y brillo en el reino de España. Se acabaron las medias tintas y las actitudes blandengues. Mano dura con los nacionalistas. De hecho, la principal variable para explicar el anunciado ascenso de Rivera & Cía es su firme y patriótica actitud con respecto a los independentistas de Catalunya. Y a los vasquitos esos se les van a acabar el cuponazo y los innumerables privilegios que les permiten vivir tan bien a costa del resto del Estado. Sin ambages, sin concesiones, sin matices. Y el discurso tan simple -pero los populistas son otros ¿eh?- y tan directo parece calar entre los españoles. Ya conocen el origen de sus males: vascos y catalanes. Se avecina la nueva democracia. Por fin vamos a ser salvados a la par que redimidos.