De subir las pensiones nada. Estaría bueno. A ver qué se piensan estos viejos. Primero, porque el sistema se colapsaría si les damos esos 1.600 millones de euros que costaría equiparar sus pensiones al IPC. Segundo, porque ya se encargan de ilustrarnos algunos sabios en esto de la economía como el propio Rajoy -su argumento “es imposible” resulta demoledor- o el mismísimo gobernador del Banco de España, Luis María Linde, que esta última semana se ha empeñado en desmontar cualquier esperanza de los jubiletas metidos a revolucionarios. “Están mejor de lo que parece porque no es lo mismo cobrar 900 euros de pensión con la casa ya pagada que un sueldo de 900 euros teniendo que pagar 500 de alquiler”, bramó sin despeinarse. Como sus declaraciones provocaron cierto escándalo -aunque ya hace tiempo que nadie se toma demasiado en serio a este personaje- quiso ayer matizar: “Lo que quise decir es que sería bueno que la gente no solo invirtiese en vivienda, sino también un poco en activos financieros”. Y tan ancho. No voy a expresar mi opinión aunque sí desvelaré lo que oí a un compañero de trabajo -“¿Cómo sigue aún este sujeto en su puesto?”- y a una amiga: “Qué cabrón. Que viva él con 1.000 euros al mes, con la casa pagada eso sí”. Pues eso.
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