Hay veces -pocas, muy pocas- en las que al ser humano dan ganas de darle dos o tres achuchones de los buenos. Ahí tiene usted a los componentes del Escor-Gaztedi B que hace nada se fueron a Pamplona para jugar con el Iruña Rugby Club. Tampoco vamos a entrar en muchos detalles sobre las reglas del juego, que nadie se estrese. Pero resulta que al principio del partido, el equipo navarro consiguió un ensayo que no tenía que haberse dado por válido si el árbitro hubiese visto una situación que se le escapó. Quienes le hicieron ver su error no fueron los gasteiztarras, sino el delegado del Iruña, que también es el presidente del club, Josetxo Murgiondo, y el juez de línea del club local, Hugo Álvarez. Sí, sí, está usted leyendo bien, quien se vio beneficiado por un error de un tercero fue el que protestó. El árbitro se dio por enterado, anuló la jugada y el partido siguió. Que ganasen los vitorianos es lo que, con todos los respestos, menos me interesa. El tema es que ya en Gasteiz, el Gaztedi hizo pública una carta quitándose el sombrero ante los navarros. “Es para nuestro club un orgullo el haber compartido cancha con su equipo y haber tenido la oportunidad de ser testigos de la realidad de esos valores que se demuestran en el campo”. Mi admiración hacia todos.
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