Hace ya un tiempo que la historia funciona en China, sobre todo porque, según dicen, a los habitantes del gigante asiático les da bastante reparo comprar determinados productos de carácter íntimo a otras personas (con un par). Ahora se está haciendo una prueba en Estados Unidos que parece que está funcionando bien. En resumidas cuentas, se trata de mercados en donde no hay personas atendiendo. La tecnología te vigila, lee lo que te llevas y te cobra vía on line. No es el futuro. Es el presente. Pintamos menos que Maximino en Haro. El ser humano creando herramientas no para hacerse la vida más fácil sino para, de manera literal, sustituirse. Lo que, de todas formas, a mí me trae loco de esta cuestión es cómo el ser humano es capaz de llegar a desarrollar sus herramientas tecnológicas en este campo y sin embargo no puede, por ejemplo, conseguir que todas las personas que habitan este mundo coman y beban todos los días de su vida. ¿Tiene sentido que alguien en una parte de este minúsculo grano de arena que llamamos Tierra pueda llevarse una lechuga de una tienda sin nadie detrás de la caja registradora mientras millones de personas ni siquiera pueden soñar con tener acceso a ese mismo producto?