Empieza por todo lo alto este 2018 en lo político. Quién nos iba a decir hace unos años, allá por 2008, en aquel legendario ya congreso del PP en Valencia en que nombres como Esperanza Aguirre -y no debieron andar muy lejos de conseguirlo- intentaron mover la silla al entonces líder del PP y de la oposición Mariano Rajoy. Rajoy construyó en aquellos tres días de junio buena parte de su aura de ultrarresistente dontancredo. Y todo fue, en buen medida, gracias al apoyo en bloque del PP valenciano, poderoso PP valenciano entonces, liderado por Francisco Camps. Cosas de la vida. “Yo recuerdo el congreso de 2008 y por todo eso quiero daros las gracias”, decía el propio Rajoy en un acto en Peñíscola en 2013. Cosas de la vida. Ayer, el que fuera secretario general del PP de Valencia, Ricardo Costa, apuntaló el dedo acusador que ya enarboló la semana pasada Álvaro Pérez, el Bigotes, para responsabilizar al expresidente del PP en la Comunidad Valenciana y expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, de la financiación con dinero negro de las campañas del partido en 2007 y 2008, en su declaración ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga la rama valenciana de la trama Gürtel. Ayer, Camps rechazó la acusación; Rajoy declaró que “no sabía nada”.
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