va Pedro Sánchez y propone que la banca sea gravada con un par de impuestos para sufragar el sostenimiento del sistema de pensiones. “Si hemos ayudado a los bancos con 70.000 millones de euros para rescatarles de la crisis, parece justo que ahora colaboren en el pago de las pensiones”, argumenta el líder socialista. Presto y raudo como un rayo, sale a la palestra Rafael Hernando y replica con el insulto mágico cuando alguien se atreve a discutir el satus quo imperante: “Demagogia”. Y ya está desmontada la iniciativa de Sánchez. A la banca ni tocar, que es sagrada, parece ser el contundente argumento del portavoz popular. Y seguramente tendrá razón porque, por algo será, se trata del único sector rescatado con dinero público durante la crisis mientras a todos los demás se les dejaba caer sin comprensión ni compasión alguna. “Este país lo que necesita es un gran pacto intergeneracional en el que los crecimientos del gasto público no solo vayan en beneficio de una parte de la población sino del conjunto de la sociedad”, se explaya Hernando. Toma pragmatismo clarito y llano, ausente de demagogia. ¿Ustedes están más tranquilos? Yo tampoco. Otra cosa es que a los bancos se la sude el posible impuesto ese que propone Sánchez. Ya saben quiénes iban a pagarlo ¿no?