La desigualdad entre hombres y mujeres no es cosa del pasado. Ya. Toma obviedad. Pues sí, obviedad pero conviene recordarla, porque me temo que se nos suele olvidar. Viene esto a cuento de unos datos difundidos en el último informe Eurostat esta semana, relativos a 2015, según los cuales la brecha salarial en España es del 14,9%. Que dicho así pues parece un porcentaje más ¿no? Traducido significa, señoras, señores, que desde el pasado miércoles las mujeres con empleo en el Estado trabajarán gratis hasta fin de año en relación a las retribuciones salariales de sus compañeros, según calcula UGT. Pero leo algo todavía -si cabe- más desalentador: el Foro Económico Mundial hace una proyección de datos y concluye que la igualdad económica entre hombres y mujeres en el mundo no se alcanzará hasta dentro de 217 años, 2234. ¡2234! Y lo que es peor -sí, puede ser peor- la previsión realizada el año pasado confiaba en cerrar esta brecha en 170 años, en 2186. Vamos, que en lugar de avanzar, retrocedemos. Esto no es un problema de las mujeres, es un problema de todos, de mujeres y de hombres. Por recordar. Porque a veces se nos olvida. Por conciencia, por ética y por justicia.