Hablo del primer partido del Baskonia, aunque también serviría el título de esta columna para el Alavés. Las temporadas son largas y no hemos hecho sino empezarlas, pero atisbo demasiadas dudas, como si la pretemporada hubiera servido de poco. A Prigioni se le hundió el equipo en el último cuarto cuando parecía haberlo tenido bastante controlado en los treinta y cinco primeros minutos. Cierto es que le faltan varios jugadores llamados a ser muy importantes, pero aun así creo que le sobró confianza en veteranos como Huertas o Delfino o, lo que puede ser lo mismo, le faltó algo de valentía para gestionar lo que tenía en el banquillo aunque solo fuera para poder llegar al final con las piezas básicas algo más frescas. Nombres aparte -también Prigioni se olvidó en el último cuarto de Ilimane Diop y Poirier en beneficio de un blandito Voigtmann-, quizá las lesiones supongan una oportunidad para que otros jugadores se ganen ahora esos minutos que iban a caerles con cuentagotas en condiciones normales. La aprovecharon el joven Malmanis -notable en su debut y como titular además- y el temporero Janning. Es posible que Vildoza y Miguel González no hayan dado suficientes pasos adelante. Deben saber que, seguramente, nunca harán tanta falta como ahora.