lo siento, Zubeldía, pero empiezas a estar marcado. Tres partidos, tres derrotas, ningún gol a favor. Números para despertar la preocupación de unos propietarios escasos de paciencia y poco dados a la comprensión. A estas alturas de la película, ya no tiene importancia que hayan desmantelado la exitosa plantilla de la temporada pasada, ni siquiera que las contrataciones a priori más relevantes se lleven a cabo con la competición en marcha sin margen alguno para la adaptación. Tampoco está claro que los nuevos dispongan de la aptitud suficiente como para reemplazar a los que se fueron. Quizá no eran los que esperabas o los que te habían prometido... Todo eso ya no importa. Cero puntos, colista de la tabla y todo el ambicioso proyecto alavesista temblando cuando ni siquiera ha dado tiempo todavía a que los aficionados reconozcan tu voz en la radio ni identifiquen del todo tu foto en los periódicos. Aún no sabemos quién eres y ya estás en entredicho. Es lo que tiene el fútbol, al menos este fútbol, que los errores de los gestores los acaba pagando el entrenador. No te fíes si recibes pública o privadamente el apoyo de la propiedad del club. O el Alavés suma puntos de manera inmediata -ya sé que el calendario no da tregua pero tampoco importa- o regresas a Argentina en un pis pas.
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