“El empleo que llega es de más calidad que el que se fue”. “Estamos ante una recuperación económica que es sólida, sana y social”. “El Gobierno no va a dejar a nadie atrás. Lo primero para nosotros son las personas y, en especial, las más vulnerables”. Son algunas de las frases con las que la Ministra de Trabajo, Fátima Báñez, adornó su comparecencia en el Congreso para intentar ¿calmar? ¿convencer? a los parados de larga duración que ya no cobran la renta mínima de 400 euros mensuales. Según ella, la razón principal para no prorrogar estas ayudas antes de que caducaran fue la falta de acuerdo entre sindicatos y patronal. Por cierto, que Báñez fía la continuidad de esta subvención a que las comunidades lleguen a un acuerdo unánime para ceder la administración de esta ayuda al Servicio Público de Empleo. La euforia continúa: “Ya se han recuperado el 82% de los puestos de trabajo indefinidos que se habían perdido por la crisis”. “En agosto se superarán por primera vez los 10.000 millones de euros en ingresos por cotizaciones sociales en un solo mes”. Pues resulta que, según los datos de su propio ministerio, en julio el 92,1% de los contratos firmados fueron temporales. Pero eso no importa, España va bien... Tronchante.