ojalá el contranálisis de Samuel Sánchez dé negativo. Ojalá se trate de una excepción, aunque sea para confirmar la regla. Son tantos las mujeres y hombres cuyas mentiras envueltas en lágrimas han acabado saliendo a la luz, que al final ellos mismos, los que han sido cazados y no han tenido valor para contar la verdad, han fulminado la presunción de inocencia de los que venían detrás. Hemos querido creer a tanta gente que no se podía explicar qué había pasado, que hablaba de injusticia, que iba a demostrar que era inocente, y que mentía... Ahora que sabemos lo que ocurría hace veinte años en el Festina y hace quince en el US Postal, después de lo de Manzano, ahora que la verdad se ha abierto paso y ha quedado al descubierto el cinismo imperante en aquellos tiempos pretéritos, no se puede culpar al público, que no es juez, de formarse la opinión que considera más compatible con la realidad cuando la trampa vuelve a aflorar de nuevo. ¿No es lícito dudar de tenistas, ciclistas, atletas, esquiadores, nadadores o equipos de fútbol y baloncesto que despuntan por su rendimiento físico, cuando tras un positivo ya no se vuelve a levantar cabeza, cuando no se refuta un solo caso? Ojalá esta vez estemos ante la excepción.
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