En mi carta “De Málaga a Malagón” (13-3-17), yo decía que hasta la fecha no ha ocurrido ninguna catástrofe en el mundo en ningún cementerio de residuos radiactivos, pero estaba equivocado. Sí ha ocurrido. Yo ya lo sabía, pero no lo recordé en ese momento. Tuve un fallo y lapsus grande. No sé en que andaba pensando.
En 1957 (29 de septiembre) ocurrió en Ozyorsk-Mayak, este de los Urales Meridionales de Rusia, una catástrofe en un cementerio nuclear, que recibió el nombre de catástrofe de Kyshtym, por ser esta la principal ciudad más cercana. En la Escala Internacional de Accidentes Nucleares es el tercer accidente más dañino jamás registrado, tras los desastres de Chernobil y Fukushima Daiichi, ambos del nivel 7. El de Kyshtym es del nivel 6. Era un depósito militar de residuos radiactivos. Catástrofe que el gobierno de la URSS silenció y que el científico disidente soviético Zhores Aleksandrovich Medvedev, exiliado desde 1973, dió a conocer por primera vez en Occidente en noviembre de 1976, en un artículo en la revista inglesa New Scientist. Para ver la mejor y más completa información de esta catástrofe teclear en Google “Rusia para hispanoparlantes: el accidente nuclear de Kyshtym”.
Kyshtym es un motivo más y muy fuerte para oponerse al cementerio de residuos radiactivos que se está construyendo en Garoña. Quieren encajarnos en Garoña lo que les rechazan rotundamente para Villar de Cañas (Cuenca). Y nadie protesta por el cementerio en Garoña. La fisión atómica es la misma en un reactor nuclear militar que en un reactor nuclear industrial, y los residuos radiactivos producidos, en mayor o menor cantidad de plutonio y demás, son los mismos.