Si duro fue noviembre en noticias y chascarrillos, mucho más duro se nos va diciembre y seguimos hora, día y mes abonando titulares de la prensa diaria con un popurrí político en el que se mezclan la corrupción política, las grandes infraestructuras, y la tan rabiosamente temida violencia de género.

Aquel personaje que se perfila para líder-presidente de los EEUU a poco menos de un mes, nos tiene a la expectativa de por dónde van a ir los “tiros”. Mientras el Papa apela a la bondad del ser humano y pretende que callen las armas; a fuerza de ser noticias del año, otras no menos importantes quedan rezagadas entre las páginas de la prensa diaria o en la bolsa de cierre de los telediarios.

Vayamos por partes, pues ya se encargan ellos, “los políticos” de mezclar cosas diferentes especialmente de manera extraña y confusa. De todo ese “popurrí político” en este momento extraigo lo siguiente: el discurso del rey, ¿quién se lo escribe? Porque de verdad deja muchos pelos en la gatera y se va por los cerros de Úbeda en todos los temas, que de verdad importan e interesan a la gente, buscando a quien entretener en fiestas tan familiares. Tanto monta, monta tanto D. Felipe como D. Juan Carlos en lo que a discursos navideños se refiere y mientras vascos y catalanes siguen buscando un resquicio o alguna pequeña pista entre sus palabras para sentirnos aludidos o por lo menos no ninguneados.

Pero de verdad lo importante, lo que hace nuestra vida más libre, de mejor calidad y sobre todo más llena de felicidad es dar respuesta al paro y desempleo existente, a mejorar de una vez por todas las infraestructuras por tierra, mar y aire; y porque no decirlo liberarnos del estado español en el que estamos día sí y día también torpedeados por sus “ recursos” ante los avances que el Parlamento y el Gobierno Vasco proponen.